El presidente de Costa Rica, Carlos Alvarado, reveló las razones por las cuales decidió no nombrar a un embajador en Nicaragua durante su administración, entre las que se encuentran las continuas violaciones a los derechos humanos perpetradas por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Alvarado se pronunció luego de quien será su sucesor, Rodrigo Chaves, anunciara que enviará a un delegado para «mantener relaciones diplomáticas» con la dictadura Ortega-Murillo.
El mandatario saliente explicó, al medio costarricense La Nación, que su decisión se debió a la represión, al encarcelamiento a líderes de la oposición, la persecución política, las violaciones a los derechos humanos y a las más de 300 muertes por las que responsabilizan al aparato represivo de Ortega contra el pueblo nicaragüense, en 2018.
«Durante mi mandato y, sobre todo a partir del cierre de medios de comunicación (en Nicaragua), el aprisionamiento de actores políticos y otros actos, como también lo fue la violencia en abril del 2018, pues esa sucesión de hechos nos llevó a tomar la determinación de no nombrar una sucesión en la Embajada, porque son hechos que calificamos de graves», indicó Alvarado.
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Aseguró que «al presidente de la República el mandato constitucional le da la dirección de las relaciones exteriores y, mientras yo sea presidente, esa será mi posición».
El gobierno de Costa Rica no ha nombrado un embajador desde 2018, tras la salida de Eduardo Trejos, quien renunció para asumir la representación de su país ante el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
El puesto diplomático quedó vacante desde hace cuatro años, debido a la crisis sociopolítica que persiste en Nicaragua. El gobierno de Alvarado en reiteradas ocasiones intentó enviar a un embajador, sin embargo aparecían obstáculos y la decisión era revertida.
Chavez enviará embajador a Nicaragua
El cuatro de abril, en su primera conferencia como presidente electo de Costa Rica, Chaves anunció que su administración sí nombrará a un embajador en Nicaragua, con el propósito de «mantener relaciones diplomáticas», aduciendo que esas dos naciones no «están en guerra»
El mandatario alegó que no encuentra razones para no nombrar a un delegado en Managua, cuando Costa Rica sostiene relaciones diplomáticas y comerciales con el país vecino.
«Es que esas posiciones de verse bonito no son la manera en la que nosotros queremos operar. Nosotros queremos operar de acuerdo al derecho internacional y al interés de los costarricenses», dijo.
«Si hay que romper relaciones diplomáticas con algún país, por razones de mérito, bueno, rompámoslas, pero no estemos en el jueguito que si somos amigos, si conversamos, pero no hay embajador. Yo creo que más claro no puede ser», continúo.
Rodrigo Chaves resaltó que cuando expulsen a Nicaragua de la Organización de los Estados Americanos (OEA) «ahí sí tendríamos que pensarlo (remover al posible embajador)».
El presidente saliente Carlos Alvarado evitó referirse a las acciones o manejo de la administración de Chaves, respecto a las relaciones con Nicaragua.
«Yo no lo calificaría en este momento, no me parece oportuno que yo lo califique. Yo solamente puedo decir cuál ha sido nuestra posición y por qué, porque creo que hay importantes violaciones en derechos humanos que Costa Rica debe señalar», remarcó.
El actual gobierno costarricense desconoció las elecciones presidenciales del siete de noviembre de 2021, en las cuales el régimen de Ortega aseguró un mandato más encarcelando a sus principales contendientes. Carlos Alvarado señaló que la jornada careció de «condiciones y garantías requeridas en democracia para acreditar las elecciones como transparentes, creíbles, independientes, libres, justas e inclusivas».