Periodistas nicaragüenses denunciaron la censura, persecución, amenazas y hostigamiento al que se enfrentan las mujeres y hombres de prensa en el país.
Durante el 15° Coloquio Iberoamericano de Periodismo Digital, organizado por Knight Center for Journalism, Lucía Pineda Ubau, directora de 100% Noticias; Jennifer Ortiz, directora de Nicaragua Investiga; Octavio Enríquez, periodista de Confidencial; y Hans Lawrence, periodista de La Prensa, expusieron las dificultades para ejercer la profesión en un país donde no existe el más mínimo respeto a la libertad de expresión y de prensa.
Este tres abril de 2022, Pineda Ubau, también excarcelada política, relató la censura impuesta por el régimen de Nicaragua que ha desencadenado en confiscación de medios de comunicación independientes y, en especial, presentó el caso de 100% Noticias, que ahora se ha tenido que limitar a formato digital.
Noticia relacionada: Clandestinidad, exilio y fuerza: Así conmemoran los periodistas nicaragüenses su día
«Todavía hay presos políticos en Nicaragua, todavía hay periodistas presos en Nicaragua», recordó Pineda, en alusión a Miguel Mora, Miguel Mendoza y Cristiana Chamorro. La directora de 100% Noticias narró el asalto a esa redacción, que acabó en diciembre de 2018 con el encarcelamiento de ella y Miguel Mora por seis meses acusados de «incitar al odio» por ejercer su derecho a informar.
«Yo dormí en el piso de esas celdas de tortura en Nicaragua», rememoró Ubau, quien fue rehén de conciencia de la dictadura desde finales de diciembre de 2018 a junio de 2019.
Ortiz, por su lado, enfatizó en la «guerra» declarada contra la prensa independiente, «guerra» que se ampara en un artilugio legal que lleva al régimen a acusar y castigar con cárcel la propagación de noticias falsas, las que estarían dictaminadas por los operadores orteguistas.
«En nuestro país somos considerados terroristas. Daniel Ortega considera a los periodistas como terroristas, criminales, golpistas», subrayó la fundadora del medio digital Nicaragua Investiga.
Ortiz, quien sufre el exilio por segunda vez, ha sido una de las periodistas contra las que más se han ensañado los propagandistas de la dictadura, Salió de Nicaragua ante las amenazas que recibió y la posibilidad de que la acusaran de algún delito.
Mientras, Enríquez, ganador del premio Ortega y Gasset 2011 y el premio Rey de España 2014, alzó su voz para denunciar el bloqueo a la labor periodística. «Mandar una consulta al Estado como periodista, se convierte en una posibilidad de cárcel en Nicaragua», lamentó.
La permanencia de Ortega en el poder, el nepotismo, la corrupción, el aplastamiento a las libertades públicas y el control estatal de los poderes del Estado fue cuestionado por Enríquez. «Mis hijos solamente han conocido a un solo presidente en Nicaragua. Nuestra democracia está destruida. Nicaragua es una inmensa cárcel», puntualizó. Desde 2007, Daniel Ortega se mantiene al frente del Ejecutivo y desde 2017 su esposa, Rosario Murillo, lo acompaña como vicemandataria.
Pese a los desafíos, Ortiz remarcó la importancia de la «credibilidad que tenemos los medios independientes para poder seguir informando sobre la crisis de derechos humanos de Nicaragua».
En esa misma línea se pronunció Pineda Ubau, ganadora del premio internacional Coraje en Periodismo 2019 que entrega la Fundación Internacional de Mujeres Periodistas (IWMF, por sus siglas en inglés); destacando que aunque « los periodistas de Nicaragua hemos sido arrasados; seguiremos denunciando lo que pasa».
El redactor de La Prensa, Hans Lawrence, mencionó que en medio del exilio de más de 100 periodistas, las amenazas de muerte y cárcel, la confiscación y la lucha por sobrevivir sin publicidad y adaptándose solo a las plataformas digitales «el periodismo se hace en resistencia, resiliencia y reinvención».
Octavio Enríquez indicó que «en Nicaragua hay una batalla, como en todo el mundo, entre la verdad y la mentira donde el oficialismo está tratando de que permanezca un discurso que no tiene ningún asidero en la legalidad. A Nicaragua la tienen que entender de una manera distinta a lo que dice el discurso oficial. Si el discurso oficial dice que en Nicaragua se vive bonito, que en Nicaragua se vive en amor; si dice que hay libertades es absolutamente todo lo contrario».
Agregó que «vivimos en un ambiente donde las libertades son reprimidas al extremo. Hacer un video, hacer una foto te puede costar la cárcel», reprochó Enríquez, pero sin dejar atrás que la fuerza del periodismo nacional se basa «en la credibilidad de los medios independientes, credibilidad que atesoramos como uno de los tesoros más preciados y valores ante nuestras audiencias».
La dictadura Ortega-Murillo ha impuesto serias restricciones de acceso a la información pública y existe «terror» en las personas para denunciar o dar declaraciones a los periodistas. Muchos han sido detenidos, enjuiciados y condenados después de emitir sus opiniones en diversos medios de comunicación.
Pese a todo este panorama, los medios digitales y tradicionales cumplen su objetivo de informar a la ciudadanía dentro y fuera de Nicaragua. La presencia en redes sociales ayuda a difundir masivamente las noticias que generan con esfuerzo y dedicación en un clima de hermetismo estatal, persecución, hostigamiento y amenazas de cárcel.