El Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud (IHME) de la Universidad de Washington en Estados Unidos refleja a través de un estudio elaborado por esa entidad que durante los dos años de pandemia de COVID-19 en Nicaragua hubo un exceso de mortalidad con 33,400 fallecimientos atribuibles al virus; una cifra que supera de forma abismal los números del Ministerio de Salud (Minsa). El organismo nacional apenas asume 228 decesos por coronavirus.
La organización de salud a nivel global ubica a Nicaragua como el segundo país, de las 191 naciones y territorios analizados, con mayor subregistro de muertes por el virus. El estudio tomó como punto de partida el número de muertes esperadas menos el registro histórico de los 11 años antes de la pandemia.
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«A nivel regional, las tasas de exceso de mortalidad estimadas más altas se dieron en América Latina. Para América Latina central, con proporciones más altas en algunos países, incluido El Salvador y Nicaragua», refiere el documento publicado en el sitio web de la organización independiente.

En Centroamérica hubo cuatro veces más muertes atribuibles a la pandemia que las admitidas oficialmente. Y el país que tiene el mayor subregistro es Nicaragua. Los tres países de la región con el subregistro más bajo son Belice, Panamá y Costa Rica.
Las naciones que reportan el mayor subregistro entre muertes reportadas y las que se estiman por exceso de mortalidad son: Tanzania, que reporta 737, pero hay una sobremortalidad de 132,000, Nicaragua con 223, pero con una estimación de 33,400 y República Centroafricana que admite 101 muertos y tiene un exceso de 14,100.
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En Nicaragua, hubo un amplio número de entierros exprés. Aunque los familiares indicaban que la causa de muerte de sus parientes fue por COVID-19, en las epicrisis se atribuía a otras causas como neumonía o hipertensión. A este ocultamiento de las causas reales de muertes se suma el hermetismo sobre las cifras oficiales, lo que hace creer que la dictadura ocultó los estragos del virus en el país.
A dos años de la pandemia de COVID-19, la Organización Panamericana de Salud (OPS) reveló que «no ha podido realizar una valoración exhaustiva de la pandemia» porque el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo no ha brindado la información necesaria a dicho organismo.
«La información que hemos recibido ha sido sucinta y casi exclusivamente a través de los canales del reglamento sanitario internacional. Sin embargo, siguiendo los principios y mandatos de la organización de apoyar a los países y proteger la salud y bienestar de la población, en este caso de Nicaragua, hemos continuado con el apoyo al país para contribuir a que la continuidad de los servicios de salud permanezca no solo para los pacientes de COVID, sino para otros aspectos, incluyendo manejo de emergencia», dijo Ciro Ugarte, director de Emergencias en Salud de la OPS.