El Vaticano rompió el silencio de una semana tras la salida sorpresiva del nuncio apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag, asegurando que el retiro del plácet como representante diplomático del papa Francisco en Nicaragua.
“La Santa Sede ha recibido con sorpresa y dolor la comunicación de que el gobierno de Nicaragua ha decidido retirar el beneplácito (agrément) a Su Eminencia monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag, nuncio apostólico en Managua desde 2018, imponiéndole que dejara inmediatamente el país después de notificarle esa medida”, señala la nota de prensa del Vaticano.
Para las máximas autoridades católicas, resulta “incomprensible” la expulsión de facto que la dictadura de Daniel Ortega impuso al nuncio Sommertag.
“Tal disposición resulta incomprensible ya que, durante su misión, S.E. Mons. Sommertag ha trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente por los más vulnerables, buscando siempre favorecer las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las autoridades de Nicaragua”, expresa el documento vaticano.

GESTIÓN A FAVOR DE PRESOS POLÍTICOS
El Vaticano reitera su respaldo hacia las gestiones de mediación que realizó el nuncio apostólico Sommertag durante el segundo diálogo nacional realizado en el INCAE en 2019 y su labor intercersora en favor de los presos políticos, siendo la primera vez que en un documento de la Santa Sede se refiere de esta manera a los opositores detenidos por el régimen de Managua.
“Merece particular mención su participación como testigo y acompañante de la mesa de diálogo Nacional entre el Gobierno y la oposición política, en vista de la reconciliación nacional y de la liberación de los presos políticos”, puntualiza la Santa Sede.
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La Sede Apostólica también subrayó en el comunicado que la decisión del régimen orteguista de tensar aún más las relaciones entre la Iglesia y el Estado no representan los sentimientos de los nicaragüenses, quiénes -aseguran las autoridades vaticanas-, son un pueblo profundamente cristiano.
“Convencida de que esta grave e injustificada decisión unilateral no refleja los sentimientos del pueblo de Nicaragua, profundamente cristiano, la Santa Sede desea reafirmar su plena confianza en el Representante Pontificio”, finaliza el comunicado.
TENSIÓN NUNCA VISTA NI EN AÑOS 80
La expulsión de facto del Nuncio Apostólico Waldemar Stanislaw Sommertag acrecientan la brecha ya existente que existe entre la Iglesia y el Estado nicaragüense.
Ni siquiera en la época del primer gobierno sandinista, donde también hubo tensión entre la jerarquía católica local y el gobierno revolucionario sandinista se llegó a un momento tan agrio en las relaciones entre Managua y el Palacio Apostólico de Roma.