La Policía de Mulukukú reveló que el caso del «secuestro» a una joven de 25 años en ese municipio fue planificado por ella misma, quien en complicidad con su expareja querían repartirse el dinero que su familia pagaría por la supuesta recompensa. Erika Suárez Mendoza fue encontrada a la medianoche del 24 de febrero.
El padre de la joven, Juan Suárez, declaró a medios oficialistas que desde el celular de su hija le enviaban las fotos en las que aparecía amordazada y atada a un árbol, imágenes con las que le solicitaron mil dólares por la vida de Suárez Mendoza. La «desaparición» sucedió cuando se dirigía a una vela en la iglesia a la que asistía, en el barrio Las Vegas, en el municipio de Mulukukú.
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El pastor de la iglesia Voz de Salvación aseguró que nunca vieron llegar a la joven y que fue horas después que conocieron de su desaparición. El padre pidió a la Policía colaborar en la búsqueda de su hija porque temía encontrarla muerta. Pero, sus principales sospechas recaían en la expareja de Suárez, pues ambos habían tenido una discusión días antes.
El papá de Erika sospechaba que se encontraba cerca y pidió a la Policía realizar la búsqueda en los sectores aledaños al barrio. A Suárez la encontraron en una casa aparentemente abandonada. Sus familiares relataron que estaba descalza y atada de sus manos. Sin ningún tipo de golpes, solo notando marcas en su cuerpo de piquetes de pulgas y zancudos.
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Antes de ser encontrada, pobladores de esa ciudad hicieron circular un video de la vivienda donde la joven de se encontraba. La casa está ubicada en el barrio Las Vegas, el mismo donde ella convivía con su expareja.
La noticia mantenía en inquietud a los pobladores, pues en esa zona se han registrado varios casos de violencia en contra de las féminas y temían que Suárez fuera una más de la lista. El último hecho registrado fue el asesinato a una madre e hija por una persona cercana a ellas.
