El presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, subrayó este miércoles la posición de su país de respaldo a Rusia y críticas a Estados Unidos en plenas tensiones entre Moscú y las potencias occidentales por la crisis en Ucrania.
Díaz-Canel compartió en Twitter el comunicado emitido por la Cancillería cubana en la cual se aboga por “una solución diplomática a través del diálogo constructivo y respetuoso”.
El presidente ruso, Vladímir Putin, reconoció el lunes a las autoproclamadas repúblicas separatistas ucranianas de Donestk y Lugansk.
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La decisión recibió como respuesta sanciones económicas de Estados Unidos, la Unión Europea y sus aliados, y también el apoyo de países que como Cuba hablan del derecho de Rusia de “defenderse”.
El Ministerio cubano de Exteriores culpó además a Washington de amenazar a Rusia y de manipular a la comunidad internacional ante una supuesta “inminente invasión masiva” a Ucrania.
El texto publicado este miércoles añade que Estados Unidos “ha suministrado armas y tecnología militar, ha desplegado tropas en varios países de la región, ha aplicado sanciones unilaterales e injustas, y amenazado con otras represalias”.
Cuba recordó además que ya en 2014 alertó sobre los peligros de lo que considera una “campaña propagandística anti rusa”.
En ese entonces, durante la crisis de Crimea, territorio ucraniano ocupado por Rusia, La Habana señaló que “en Ucrania estaban ocurriendo acontecimientos alarmantes”.
“Histeria propagandística”, según Cuba
El ministro de Exteriores de Cuba, Bruno Rodríguez, criticó hace cuatro días la “histeria propagandística” de Estados Unidos contra Rusia en el contexto de la crisis de Ucrania, un día después de la visita a La Habana del vice primer ministro ruso, Yuri Borísov.
El canciller rechazó “enérgicamente” en Twitter la “histeria propagandística y comunicacional que desata el Gobierno de Estados Unidos contra Rusia” y mostró su oposición a la “expansión de la OTAN hasta las fronteras de ese hermano país”.
En un comunicado sobre la visita de Borísov, la Cancillería cubana mostró su “solidaridad” con Rusia ante “las constantes campañas de desinformación y guerra propagandística” de EE.UU..
Ese viaje se produjo después de las declaraciones del viceministro ruso de Exteriores, Serguéi Riabkov, sobre el interés de su país de desplegar infraestructura militar en Cuba y Venezuela, algo que provocó una fuerte reacción en Occidente.
Díaz-Canel y Putin hablaron luego por teléfono sobre “cooperación comercial, económica y de inversión bilateral”, mientras el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, negó que abordaran algo de cooperación técnico-militar o establecer bases rusas en Cuba.
Rusia aplaza el pago de la deuda cubana
En medio de este panorama, llegó a Cuba este miércoles el presidente de la Duma (Cámara Baja del Parlamento de Rusia), Viacheslav Volodin, la segunda visita de alto nivel en menos de cinco días.
Ocurre también un día después de que ese órgano legislativo ratificara la reestructuración de la deuda de La Habana de 2.300 millones de dólares hasta 2027.
La Asamblea Nacional (parlamento unicameral) informó que Volodin será recibido por su presidente, Esteban Lazo, para tratar “el fortalecimiento de la cooperación bilateral y de los vínculos interparlamentarios”.
La delegación rusa viajará luego a Nicaragua, otro de los países aliados de Moscú en la región.
La visita de ambos políticos demuestra la importancia que ambos países dan a su relación bilateral y el intento de restablecer la estrecha cooperación que tenían hasta la desaparición de la Unión Soviética en 1991.
Rusia es uno de los diez primeros socios comerciales de Cuba, y ambos definen su asociación como “estratégica”.
En 2014, Moscú condonó el 90 % de la deuda contraída por la isla, valorada en 35.300 millones de dólares.
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Ahora, prorrogó hasta 2027 los créditos que le dio a Cuba entre 2006 y 2019 para financiar proyectos en las esferas de la energía, la industria metalúrgica y el transporte, así como para el suministro de mercancías necesarias para el desarrollo de la economía de la isla.
Desde principios de 2020, Cuba dejó prácticamente de pagar y luego pidió revisar las condiciones por lo que el Gobierno ruso acordó posponer el plazo que implicará además el pago adicional de unos 11 millones de dólares.