La Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN) rechazó la sentencia contra su presidente Max Jerez y aseguró que al líder estudiantil lo condenaron a 13 años de prisión por ejercer su derecho a la libertad de expresión y denunciar las violaciones a los derechos humanos que ha cometido el régimen de Daniel Orteg y Rosario Murillo.
En un comunicado, publicado en redes sociales, la organización opositora reiteró que su dirigente es inocente y que todo el proceso judicial ha sido «un montaje, una farsa» por parte de la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial.
«Max (Jerez) no ha cometido ningún delito, se le condenó por ser opositor y expresar públicamente sus críticas a las violaciones a los derechos humanos de la dictadura de Ortega y Murillo», indicó AUN.
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De igual forma, señaló que el juicio contra Max Jerez fue una «farsa judicial». La parte acusadora, a cargo de la fiscal Andrea Salas, como en la mayoría de los casos de los presos políticos procesados, utilizó como supuestas pruebas entrevistas del joven opositor a los medios de comunicación independientes y sus publicaciones en redes sociales.
Jerez es el segundo líder estudiantil y miembro AUN en ser condenado por la justicia de Daniel Ortega. La jueza del Segundo Distrito Penal de Audiencia de Managua, Nadia Camila Tardencilla Rodríguez, le dictó sentencia de 13 años de prisión al joven opositor, más la inhabilitación para ejercer cargos públicos.
Tardencilla es la misma judicial que declaró culpable y dictó la sentencia a Lesther Alemán, quién pasará 13 años en la cárcel; el joven de 24 años convertido en uno de los rostros de la oposición más conocidos por increpar a Daniel Ortega durante el primer Diálogo Nacional en el 2018, en el que le gritó una frase que le significaría la peor afrenta al dictador: «¡Ríndase!».
Para AUN, «la Policía Nacional, el Ministerio Público y el Poder Judicial han actuado como verdugos de la dictadura. Ni siquiera cumplen con sus propias leyes, que fueron diseñadas para criminalizar los derechos de los ciudadanos nicaragüenses. En las acciones de estas instituciones ha predominado la arbitrariedad y la ilegalidad».
La justicia nicaragüense condenó al reo de conciencia por el supuesto delito de «cometer menoscabo a la integridad nacional», aplicando el Código Penal y usó la Ley 1055, Ley de Soberanía para tildarlo de «traidor de la patria» y así inhabilitarlo a un cargo público.
«Max ha asumido esta etapa de la lucha en las cárceles de la dictadura con serenidad. Las presiones de la dictadura para romper su estado físico y psicológico no han logrado su objetivo. Al contrario, Max nos ha dicho que no podemos dejar de luchar por la libertad de Nicaragua, para que en nuestro país el odio deje de ser una política de Estado y para que por fin tengamos futuro y posibilidades de cumplir nuestros sueños en el país», se lee en el comunicado.
La organización política le demanda al régimen de Ortega la libertad de su dirigente y la de todos los presos políticos. «Max Jerez es más que el presidente de nuestra organización, es ejemplo, inspiración y esperanza de que los jóvenes estamos listos para cambiar Nicaragua y sacarla de la pesadilla en la que la ha sumergido la dictadura de Ortega y Murillo», remarcó AUN.