El obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, monseñor Silvio José Báez, explicó que hay «fracasos en la lucha por construir sociedades justas y democráticas» como ha sucedido en Nicaragua con la revolución cívica de abril 2018 que buscaba cambios en el sistema democrático en el país que Daniel Ortega y Rosario Murillo manejan con mano de hierro.
«A veces se ha pagado un precio demasiado alto de vidas humanas, de sufrimiento, de exilio, de pobreza, y llega un momento en que todo nos puede parecer inútil. La “nada” del vacío, que carcome el corazón, y “la noche”, que aterroriza con sus tinieblas, pueden debilitar las luchas sociales más nobles», dijo el prelado en su homilía dominical.
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«Cuando las fuerzas tenebrosas de los poderes tiránicos parecen triunfar, es fácil sucumbir a la tentación de acomodarnos al sometimiento, resignarnos a “la nada” y a “la noche”, abandonar la lucha y sentirnos derrotados. Lo que ocurrió a Simón Pedro y a sus compañeros aquella mañana en el lago, nos enseña que cuando confiamos en Jesús ningún fracaso es definitivo», añadió el obispo.
Monseñor Báez aseguró que lo peor que le puede ocurrir a un pueblo «es pensar que ya no se puede hacer nada» para lograr los cambios por los que ha trabajado por varios años en pro de la democratización de las sociedades. «Si confiamos en Jesús, siempre se podrá hacer algo. Tarde o temprano se abren nuevos horizontes de libertad para los pueblos sometidos», exhortó. Tarde o temprano se abren nuevos horizontes de libertad para los pueblos sometidos», exhortó.
«Jesús no nos quiere fracasados»
En la homilía, presidida por monseñor Báez desde la Iglesia Santa Agatha en Miami, Estados Unidos, en los fracasos de la vida personal y social hay que «volver los ojos a Jesús, escucharlo y echar las redes confiando en su palabra. Jesús no nos quiere fracasados, víctimas de la nada y de la noche».
«La fe en Jesús no elimina las travesías difíciles, las noches inútiles y las redes vacías. Siempre habrá momentos de cansancio y de oscuridad, de frustraciones y de tristeza, pero con él no quedaremos nunca con las manos vacías, el rostro triste y el corazón amargado por la desilusión. Apoyados en la palabra de Jesús siempre volveremos a navegar, no nos faltará luz en la noche, seremos fuertes en la debilidad y fecundos en el fracaso», explicó monseñor Báez.
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El jerarca católico manifestó que Jesús no quiere que nos quedemos «caídos en el pasado, víctima de los errores cometidos». «Para Jesús cuenta más el futuro y el bien que todavía podemos hacer. Jesús da confianza, levanta, conforta y lanza hacia el futuro: “de ahora en adelante serás pescador de hombres”», argumentó.
Nicaragua vive una crisis sociopolítica, económica y de derechos humanos desde abril 2018, año en que el pueblo protestó en contra de las reformas fallidas al seguro social. Las manifestaciones fueron reprimidas a sangre y fuego a la orden de «vamos con todo» de Rosario Murillo. Organizaciones internacionales han fijado a cifra de asesinados en 355, entre ellos más de una veintena de niños, niñas y adolescentes. La crisis de Nicaragua no tiene miras a solucionarse pronto tras la entronización de Ortega y Murillo en el poder.