El laureado escritor Sergio Ramírez Mercado aseguró que está «consciente de que no sé si me alcance la vida para regresar a Nicaragua», considerando morir fuera del país que lo vio nacer, recoge el diario La Jornada de México.
El perseguido político de su antiguo colega revolucionario y vicepresidente de Daniel Ortega vive un exilio forzado tras la retención de su mas reciente novela «Tongolele no sabía bailar» y una orden de captura en su contra.
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Ramírez participó recientemente de forma virtual en el Hay Festival Cartagena donde manifestó que su exilio es una «experiencia anómala» que lo obliga a vivir fuera de Nicaragua, lejos de su tierra, sus libros y afectos.
«La escritura es compromiso y no un discurso político. Estoy del bando de los que hablan, no de los que callan. Si tengo una voz debo alzarla. Esta obligación voluntaria se originó en 1959 cuando soldados de Somoza dispararon contra algunos de mis compañeros. Ahora, cargo el exilio sobre mi espalda y acepto la realidad tal como es. No es fácil, pero pienso en aquellos exiliados que están peor que yo», argumentó el escritor.
En el encuentro lamentó que los nicaragüenses opositores al régimen de Ortega sufran por las decisiones de la dictadura y padezcan «situaciones horripilantes, al igual que los presos políticos, en las que se pone en juego su salud física y mental».
«La represión en Nicaragua está a todo lo que da. Es un país pequeño y pobre, cuyas puertas siempre están abiertas para los paramilitares. La persecución gubernamental impera en mi país natal, además de que las cárceles están llenas de opositores», explicó.
«El año pasado tan sólo huyeron más de 100 mil nicaragüenses por distintas causas. No hay medicinas y prevalece la agonía y la ebullición. No sé cuánto dure esta situación, pero se requieren varios salvavidas, además de que se debe exigir la liberación de los presos políticos», añadió.
Sergio Ramírez fue escogido como el personaje latinoamericano 2021 por el Grupo de Diarios América (GDA) «por su activa defensa de la libertad de expresión y de la democracia en su país». Estuvo vinculado a la Revolución Popular Sandinista de 1979 en la lucha contra la dictadura de Anastasio Somoza Debayle.
Fue parte de la Junta de Reconstrucción Nacional y posteriormente vicepresidente del dictador Daniel Ortega hasta 1990 cuando el FSLN perdió las elecciones presidenciales contra Violeta Barrios de Chamorro.