Monseñor Rolando José Alvarez Lagos, obispo de la diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la diócesis de Estelí, dejó en claro que la Iglesia tiene la misión y el «derecho de ocuparse de los problemas sociales y cuando lo hace no puede ser acusada de sobrepasar su campo específico de competencia y, mucho menos, el mandato recibido del Señor».
Durante su homilía de este domingo, 30 de enero, en la iglesia Catedral San Pedro Apóstol de Matagalpa, monseñor hizo hincapié en que la Iglesia es libre, independiente y autónoma de tomar sus propias decisiones y este principio debe ser respetado por «los poderes de este mundo».
«La Iglesia, como expresión social de la fe cristiana, tiene su independencia y vive su forma comunitaria basada en la fe que los poderes de este mundo deben respetar. De aquí nace la libertad que tiene la Iglesia de tomar sus propias decisiones. Nadie puede interferir ni influir en estas decisiones», manifestó.
En un contexto en que la Iglesia católica nicaragüense es señalada por la dictadura de apoyar a «terroristas», en referencia a los manifestantes opositores y personas sujetas a violaciones de derechos humanos, monseñor explicó que «la Iglesia se pone concretamente al servicio del Reino de Dios, ante todo anunciando y comunicando el evangelio de la salvación, denunciando las injusticias, vengan de donde vengan, y constituyendo nuevas comunidades cristianas».
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En momentos que la Iglesia también es llamada a participar en un eventual diálogo con la dictadura por la liberación de los presos políticos, el obispo señaló que, con base en lo encomendado en las Escrituras, se deriva en concreto que «la Iglesia no se confunda con la comunidad política y no esté ligada a ningún sistema político».
«La comunidad política y la Iglesia, en su propio campo, son independientes y autónomas, aunque ambas estén, a título diverso, al servicio de la vocación personal y social del hombre», aclaró monseñor Álvarez.
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El líder reglioso resaltó la distinción entre «lo que es del César y lo que es de Dios» y reiteró «la autonomía que tiene la Iglesia de todo poder temporal, sea social, político, económico e ideológico».
Monseñor Rolando Álvarez recordó a la feligresía que «para ser libres nos liberó Cristo y, como lo hemos dicho en otras ocasiones, esta libertad nada ni nadie nos la puede quitar o arrebatar».