La relaciones diplomáticas y escasamente comerciales con la República Islámica de Irán solo florecen con Daniel Ortega en el poder. Pese a que las exportaciones al país persa son mínimas, el dictador de Nicaragua mantiene estrecha amistad con Teherán, un aliado internacional que está en el ojo del huracán por su controversial programa armamentístico nuclear que contraviene con el principal socio comercial de Managua: Estados Unidos.
Analistas han considerado que la relación de «amiguismo» que mantiene Ortega con Irán pone en evidencia que la política internacional de la administración nicaragüense no se basa en la búsqueda de aliados estratégicos para beneficiar al pueblo; sino que es una política de «compadres», de amigos «ideológicos» en el llamado «socialismo del siglo XXI», explicó el exdiplomático y actual preso político, Mauricio Díaz al diario La Prensa antes de su detención.
Noticia relacionada: Mohsen Rezai ofrece «colaboración» de Irán a Nicaragua para «vencer a Estados Unidos»
Los acuerdos ratificados entre Managua y Teherán se centran en el desarrollo agrícola, industrial y energético. También en temas de inversión, cooperación científica y técnica. Además, Irán mostró sus intenciones de participar en la construcción del Canal Interoceánico, un fantasioso proyecto que solo quedó en promesas y que llevaría a cabo el empresario chino Wang Jing.
Las relaciones bilaterales se establecieron tras el triunfo de la Revolución Popular Sandinista en 1979 que mantuvo a Ortega en el poder hasta la derrota electoral de 1990. Al asumir la Presidencia Violeta Barrios de Chamorro se mantuvo el contacto con Irán, pero a bajo perfil y Teherán se retiró de Managua en 1999. Con la asunción del caudillo sandinista en 2007, los lazos se restauraron.
El exdiplomático y también preso político de Ortega Edgar Parrales advirtió en 2019 que un acuerdo con Irán tendría consecuencias negativas para Nicaragua en su relación con Washington. «Es un peligro porque Irán está sometido a sanciones de Estados Unidos, que lo acusa de incumplir el compromiso de no enriquecer uranio», por lo que «cualquier contrato comercial que tengamos con los iraníes nos va a perjudicar», dijo Parrales a la AFP.
Líderes empresariales señalaron en el pasado que era «imprudente» estrechar vínculos con Irán por las sanciones impuestas por Washington a Teherán por su programa de enriquecimiento de uranio, tomando en cuenta la importancia comercial que el país mantiene con Estados Unidos.
La «colaboración» que ofreció Irán a Ortega
Las tensiones diplomáticas con Argentina crecieron desde el 10 de enero, día en que Ortega y Murillo juraron para un nuevo periodo en la Presidencia de Nicaragua. La presencia de Mohsen Rezai no pasó desapercibida, el vicepresidente de Asuntos Económicos iraní es buscado por la Interpol y señalado de ser uno de los responsables por un atentado terrorista con coche bomba que sufrió la Asociación Mutual Israelita en Argentina (AMIA) en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el 18 de julio de 1994, que dejó 85 muertos, hecho que hasta la actualidad continúa impune.
Argentina protestó por la presencia del iraní en Nicaragua y pidió su arresto. El hecho causó un sisma diplomático que Ortega le ha restado importancia. Hasta la Organización de Estados Americanos (OEA) se pronunció el respecto y solicitó que Nicaragua, como miembro de la Interpol, debería darle pronto cumplimiento a la misma y capturar al funcionario estatal de Irán.
Como si esto no fuera suficiente, Ortega y Murillo se reunieron el privado con Rezai el 12 de enero junto a una delegación del Gobierno de Teherán. En el encuentro, el terrorista persa expresó que su visita fue para mostrar su apoyo al régimen de Nicaragua por supuestas amenazas por parte del Gobierno de Estados Unidos.
Noticia relacionada: Ortega se burla de Argentina y se reúne con supuesto “terrorista iraní”
«El motivo de mi visita a Nicaragua fue cuando nos dimos cuenta que Estados Unidos ha empezado unas amenazas contra ustedes. Sentimos una obligación nuestra venir aquí y declarar que Irán está con Nicaragua e Irán está junto a Nicaragua», afirmó el ministro iraní.
En respaldo a las políticas dictatoriales de Daniel Ortega y Rosario Murillo, Rezai dijo que «los buenos amigos tienen que acompañarse el uno al otro en condiciones como estas». Estados Unidos ha sido el país que ha encabezado las sanciones contra los operadores políticos de Nicaragua, lo que el régimen ha calificado como un ataque en su contra y ha abogado por la anulación de las mismas.
Sin detallar cómo sería el apoyo a Nicaragua contra el Gobierno de Joe Biden, el polémico ministro de Irán refirió que «en todas las reuniones que tuve con los compañeros y autoridades de su gobierno les ratifiqué que nosotros tenemos toda la disposición de colaborar y cooperar para que podamos vencer al imperio norteamericano».