La delegación oficial de Argentina que vendría a Nicaragua para participar en el acto de toma de posesión de Daniel Ortega no existe. Según el medio argentino Clarín, el gobierno de Alberto Fernández desmintió a su embajador en Managua, Mateo Daniel Capitanich, quien había confirmado la noticia al diario nicaragüense La Prensa.
«Este sábado (ocho de enero) salieron a desdecirlo al afirmar que el diplomático habrá “confundido” o querido “decir otra cosa”», señala el medio.
Detalla que las declaraciones de Capitanich se filtraron durante la cumbre de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y Caribe (Celac), realizada el viernes, siete de enero, en la que Argentina recibió la presidencia pro témpore. La palabras del embajador al medio de comunicación nicaragüense habría provocado supuesta molestia al gobierno de Fernández, además de rechazo por parte de algunos ciudadanos del país sudamericano.
«El único representante argentino que va “es él“, dijeron cerca del canciller (de Argentina) Santiago Cafiero, este sábado», indica Clarín. «Mateo Daniel es embajador de origen político, no es un diplomático de carrera, fue intendente de una localidad en su provincia y quiso ir a Managua por su admiración al sandinismo. Su sinceridad, o su falta de experiencia sorprendieron el viernes al Gobierno», añade el medio argentino.
Capitanich había manifestado al diario nicaragüense que estaban «a la espera de la confirmación de la persona que asistiría en representación de Argentina, alguien del ámbito del Gobierno, pero no podría confirmar quién sería la persona».
El 10 de enero, la pareja dictatorial Daniel Ortega y Rosario Murillo juramentarán por cinco años más en el poder, tras asegurarse el puesto mediante un proceso electoral calificado de «ilegítimo» por la oposición nicaragüense y la comunidad internacional.
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Ortega obtuvo un cuestionable triunfo el siete de noviembre de 2021 después de ilegalizar a toda la oposición con la cancelación de la personalidad jurídica de tres partidos políticos, la aprobación de leyes represivas que inhibe a todos los críticos del régimen para cargos de elección popular y el encarcelamiento de al menos 40 dirigentes de la oposición, incluidos siete aspirantes a la Presidencia de la República.
El 12 de noviembre, Argentina apoyó la resolución de la Organización de los Estados Americanos (OEA) de realizar una evaluación inmediata colectiva sobre la situación en Nicaragua, luego de los comicios viciados. El organismo determinó que las elecciones «no fueron libres, justas ni transparentes y no tienen legitimidad democrática».
Sin embargo, el ocho de diciembre, Argentina volvió a su «mutismo» sobre los atropellos del régimen de Daniel Ortega al abstenerse de votar en la nueva resolución del organismo regional en contra de la dictadura de Nicaragua.
No vengan con el pueblo basta, quien debe estar somos de nosotros, ya que no quiere venir, mejor meno gastos se realizan, y además somos pueblo que estamos luchando para acabar con la pobreza y atender a los necesitados con Dios manda a cada líder que pone y dirige.