El régimen de Nicaragua se prepara para celebrar la investidura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, reelectos en la Presidencia de la República, por cuarto periodo consecutivo, a través de comicios calificados de ilegítimos por la oposición y la comunidad internacional.
Murillo, vicepresidenta de Ortega, anunció este martes, cuatro de enero, que su administración se encuentra realizando reuniones en todo el país, en espera que sus servidores se reintegren a las labores el día miércoles, 5 de enero, para preparar la inauguración de lo que ha denominado «nuevo periodo del pueblo presidente».
«Asumimos como “pueblo presidente”, en todo el país, en bonitos actos que se están preparando, donde acudirán las familias a prestar juramento porque todos somos presidentes», dijo Murillo en su llamada telefónica a medios gubernamentales.
«Preparándonos para la próxima semana, hermosas actividades, hermanos que nos acompañan de distintos países y pueblos del mundo. Agradecemos a Dios toda esa fuerza fraternal, solidaria, complementaria de los pueblos del mundo que se expresan, que se manifiestan con cariño, admiración por la historia de dignidad y soberanía; esa historia que seguimos escribiendo en nuestra Nicaragua», añadió la vocera, sin detallar qué jefes de Estado les acompañarán en el acto de toma de posesión que se llevará a cabo el lunes, diez de enero.
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«El escenario que debe ser lindo, hermoso, como merece nuestro “pueblo presidente”. Preparando también las celebraciones municipales, preparando los programas de atención a nuestros hermanos visitantes», dijo, en referencia a los pocos diplomáticos que reconocen los resultados de las elecciones del 7 de noviembre de 2021.
«No se puede usar el nombre de Dios en vano»
Murillo aprovechó para arremeter contra la oposición, sobre la que se ha declarado vencedora, calificando las protestas antigubernamentales de abril de 2018 de actos de «odio». «Llegamos al diez de enero en paz y bien, en concordia (…) Llegamos al diez de enero trabajando contra el odio y habiendo logrado avances sustantivos contra ese odio y esa maldad destructora, insidia, infamia», declaró, al tiempo que mantiene encarcelados a decenas de dirigentes opositores.
«Con odio nunca más, con maldades nunca más. No se puede usar el nombre de Dios en vano, eso lo aprendimos desde niños, y lo repetimos hoy y mañaña y siempre. No se puede usar el nombre de Dios en vano, mandamiento y ley de Dios ¡cuántos incumplieron! ¡cuántos!», continuó diciendo, en aparente alusión a líderes religiosos.
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Los obispos han sido perseguidos y amenazados por el régimen Ortega-Murillo y fanáticos de la dictadura, luego que la Iglesia católica se mostrara a favor de la defensa de los derechos fundamentales en el contexto de las manifestaciones en 2018. La vicemandataria, Murillo, ha llegado a calificar a los obispos de «pastores disfrazados, escasos de amor».
En esta ocasión, Murillo pretendió obviar su molestia para reiterar que están «en un momento de celebración del amor, de celebración de la hermandad, de la familia, de la solidaridad, del protagonismo, de la complementariedad. Estamos en plena celebración de nuevos días y nuevos tiempos, donde con amor todo podemos y todo vencemos».
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«Vamos adelante… pueblo creyente y devoto de verdadera cristianismo… ¿qué tenemos para prosperar? paz, estabilidad, seguridad y gran amor», señaló Rosario Murillo, en medio de una crisis sociopolítica en Nicaragua, el aislamiento mundial tras cuestionadas elecciones, y una serie de sanciones de la comunidad internacional a los funcionarios de la dictadura señalados de cometer actos de corrupción, crímenes de lesa humanidad y socavar la democracia.