El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio José Báez, pidió durante la eucaristía de Navidad por los presos políticos, por quienes sufren violaciones a sus derechos fundamentales y por las familias pobres de Nicaragua.
“La palabra (de Dios) eterna ha nacido pobre para mostrarnos también el amor de Dios por los pobres y enseñarnos a acogerlo en los últimos, en quienes lloran o viven en soledad, en quienes están privados de libertad o pisoteados en su dignidad. No despreciemos ni ignoremos a Dios, despreciando e ignorando a los pobres”, dijo el obispo, quien desde abril de 2019 se encuentra bajo la condición de exilio forzado por el régimen dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
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El religioso manifestó que las fiestas navideñas deben renovar la esperanza en los nicaragüenses, ya que cada esfuerzo -por pequeño que pueda parecer-, abona a la construcción de la nueva Nicaragua.
“La palabra eterna nació como un niño que no sabe hablar para enseñarnos que cuando Dios parece callar es que nos está hablando de otra manera. Nació llenando de luz la noche para que no nos desanimemos ante las dificultades y los fracasos. Ha querido comunicarnos la esperanza de que ninguna noche de este mundo es para siempre. No desesperemos. (…) Por eso, también a nivel social, los esfuerzos por construir un mundo mejor, por pequeños que sean, nunca serán inútiles, pues todo lo que se hace en favor de la dignidad de los seres humanos abre caminos a Dios”, expresó el sacerdote desde la parroquia de Santa Agatha en Miami, Estados Unidos.
Báez apeló a la generosidad de los nicaragüenses ante quienes sufren y ante quienes han tenido que salir del país por diversos motivos, destacando la importancia que todos puedan construir caminos de fraternidad en el país.
“La encarnación de la Palabra eterna de Dios en un ser humano nos abre también el camino de la fraternidad. Todos somos hermanos en nuestra frágil humanidad: los pecadores que condenamos, las personas débiles a quienes quisiéramos excluir, los ancianos que consideramos inútiles, los emigrantes que nos estorban. Dios nació y vino para todos. Aprendamos a querernos. La palabra hecha carne ha generado una nueva gramática y sintaxis humana. Aprendamos el nuevo idioma que brota del nacimiento de Dios en Belén. Aprendamos a decir: ‘lo siento’, ‘gracias’, ‘te quiero’, ‘¿te puedo ayudar en algo?'”, subrayó el jerarca católico.
“LO HUMANO ES DIVINO”
El obispo Báez lamentó en su homilía de Navidad los abusos de poder que sufren los nicaragüenses y puntualizó que la humanidad de cada persona forma parte de la divinidad de Dios.
“Desde que Dios se hizo hombre, todo lo humano se ha vuelto sagrado y divino. Ignorando o excluyendo al ser humano nunca podremos acoger ni conocer a Dios. Cuando no somos respetuosos de la dignidad humana, pisoteamos a Dios”, explicó el religioso.
Báez también reiteró su llamado a condenar la divinización del poder político y la riqueza material; ya que ello conlleva el sometimiento de seres humanos, la destrucción del medio ambiente y las ansias desmedidas de los gobernantes de turno para procurar un control absoluto de la sociedad.
“Cuando hacemos del poder y del dinero ídolos que esclavizan y exigen sacrificios humanos, profanamos el santo nombre de Dios que se ha hecho hombre. Por eso, es absurdo e inhumano el despotismo político, la explotación de los más débiles y la crueldad que multiplica a las víctimas (…) Por eso, nuestra fe nos impone la exigencia de hacernos también nosotros cada día más humanos y respetuosos de la dignidad de las personas. Solo así seremos cada día más semejantes al Dios vivo que ha querido compartir nuestra condición humana”, finalizó el obispo.