En vísperas de Navidad, la vocera de la dictadura de Daniel Ortega, su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo, leyó el mensaje de la dictadura en ocasión de las fiestas de fin de año donde asegura que en «estas navidades reflexionamos sobre ese fatal egoísmo que conlleva pobreza y desprecio y que debemos aprender a desterrar de nuestras vidas».
El mensaje no se limitó a convertirse en la voz de la pareja dictatorial, sino que también incluyó al pleno de la familia Ortega-Murillo, dijo la vocera de régimen en dos ocasiones: antes y después de leer el documento. La también primera dama anunció que mañana comparecerán en cadena de radio y televisión para leer dicho mensaje a todo el país, una práctica recurrente de la dictadura ante cualquier situación.
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«Cristo, Jesús, el mesías, el salvador y redentor del mundo nos llega entre cestos de esperanza y las flores y frutos de esta tierra sagrada. Aquí cantamos, aquí gloriamos y alabamos en fiestas de sencilla abundancia y energías victoriosas para acrecentar justicia y paz entre el cariño y los derechos de todos a vivir en fraternidad, seguridad y bienestar», resaltó Murillo.
«Estas navidades reflexionamos sobre ese fatal egoísmo que conlleva pobreza y desprecio y que debemos aprender a desterrar de nuestras vidas. Que compartir solidariamente sea la esencia de cada día y despeje los horizontes para más hermandad, más sentido de familia y comunidad; y más conciencia de los desafíos y retos que tenemos planteados en caminos de generosa y viviente alegría», agregó.
Mientras Murillo y su familia podrán pasar estas fiestas de fin de año juntos, más de 160 personas presas políticas están encerrados y obligados a pasar la Navidad en una celda. Los familiares de los reos de conciencia llevan cuatro años pidiendo una «Navidad sin presos políticos», distintos países de la comunidad han tomado las exigencias de las víctimas y elevaron llamados al régimen para que liberen a los detenidos, pero Ortega y Murillo siguen en su cerrazón.
«Que la luz de todas las estrellas nos siga llenando, inspirándonos, iluminado nuestra conciencia y convicciones y en una patria digna, libre, contenta, saludable y buena. Recibamos toda la gracia del Niño Jesús para seguir trascendiendo la sacrílega pobreza con amor, concordia, buena voluntad y siempre con la fuerza de su nombre poderoso», finaliza el mensaje de la dictadura.