En los últimos tres años, la hostilidad entre los hermanos Daniel Ortega, dictador de Nicaragua, y Humberto Ortega, general en retiro, se ha vuelto más palpable al punto que el mandatario ha tildado a Humberto de «traidor», «vendepatria», «terrorista», «peón del imperialismo» y por último, hasta de «idiota».
Si bien los reportes históricos y periodísticos apuntan a que la rivalidad entre los hermanos inició con la caída de la dictadura somocista — por aspiraciones al poder— y fue sentenciada cuando Humberto aseguró su puesto como jefe del Ejército con el gobierno de Violeta Barrios de Chamorro; las asperezas volvieron a resaltar entre ambos en el 2018, con la rebelión cívica del pueblo nicaragüense contra el dictador.
En abril de ese año, estallaron las protestas sociales y Ortega respondió con una brutal represión que dejó 355 muertos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). Humberto no se hizo esperar y reprochó la violencia ejercida por parte del aparato represivo del régimen orteguista.
Intercambiado de dardos entre los hermanos Ortega
El 4 de julio de 2018, Humberto llamó a Ortega —por medio de una carta— a adelantar las elecciones y desarmar a los parapolicías. «El presidente Daniel Ortega, al adelantar constitucionalmente las elecciones presidenciales para el año entrante, dice sí a la paz», escribió Humberto en el escrito que inmediatamente se regó a través de los medios de comunicación.
El 27 de julio de ese año, en entrevista con la cadena CNN en Español, Humberto acusó a su hermano de causar «terror y muerte» y llamó al régimen y al Ejército de Nicaragua a desarmar las fuerzas paramilitares.
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«El principal responsable de esta situación que estamos viviendo es el Estado de Nicaragua, y en este sentido, el Gobierno de Nicaragua al frente de este Estado debió haber tomado todas las medidas para no llegar a estos niveles de sangría que el pueblo está sufriendo», dijo en ese momento.
Aunque el dictador guardó silencio durante los próximos meses, en diciembre de 2018 le contestó indirectamente a Humberto, acusándolo de «lanzar» al Ejército contra las asonadas atizadas por el FSLN durante los años 90 y de convertirse en un servidor del imperio norteamericano.
«¿Y quién era el jefe del Ejército que violó los principios? El jefe del Ejército era el general Humberto Ortega, desde entonces con la salida del Gobierno, simplemente decidió pasarse al lado de los que habían ganado y convertirse en un peón de la oligarquía y del imperio», dijo el dictador Ortega mientras era ovacionado por un auditorio atestado de jóvenes de la Juventud Sandinista que participaban en el Congreso de la Unión de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), brazo partidario del sandinismo en las universidades públicas..
El 4 de julio de este año, Humberto nuevamente sostuvo una entrevista con CNN en Español, donde refirió que los opositores que están detenidos por el régimen de Ortega «no son terroristas» o «traidores a la patria», como los llama su hermano y dictador.
«Estoy claro que estos que están detenidos no son terroristas, no han atentado en contra de la estabilidad del país; simplemente son opositores que tienen su punto de vista como yo lo tengo (…) Yo he criticado con toda firmeza y respeto al Gobierno actual por eso yo podría ser catalogado de terrorista o traidor a la patria», expresó Humberto.

Un mes después, el 13 de agosto de 2021, durante el acto del 41 aniversario de fundación de la Fuerza Naval del Ejército de Nicaragua, el mandatario volvió a arremeter contra su hermano, aunque no se atrevió a mencionarlo con nombre y apellido, pero hizo referencia a una amenaza que en los años 80, Humberto lanzó contra «los burgueses», y así, con chifletas, lo llamó «traidor» y «vendepatria», y le recordó que aquellas frases «que alimentan el terrorismo» quedaron «grabadas para la historia».
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El pasado 10 de diciembre, otra vez rodeado de militares, durante la XXVI Graduación de Oficiales del Centro Superior de Estudios Militares General de División José Dolores Estrada Vado el dictador insultó a su hermano, llamándole «idiota» por considerar, según Ortega, que Humberto confía en la oposición. Durante el acto, Ortega apartó un momento para mencionar que los ciudadanos detenidos en el nuevo Chipote no son presos políticos sino «terroristas», y lanzó una indirecta que podría estar dirigida a su hermano Humberto Ortega, por las declaraciones brindadas al medio internacional.
«Y son terroristas, claro que son terroristas. Terroristas que incluso, con ganas le meten cuatro balazos a uno que sale ahí hablando por la televisión de que no son terroristas. ¡Idiota! ¡Qué idiota! Cree que se lo tragan. Ni siquiera lo mastican. Ni siquiera lo mastican y no se da cuenta que con ganas le meten cuatro balazos, sí (A la par, Rosario Murillo se tira una carcajada) por que esa gente lleva odio, carga odio”, despotricó furibundo Ortega.
«Humberto quiere presentar el capital, Daniel quiere preservar el poder»
A consideración del sociólogo y analista político Óscar René Vargas —exiliado en Costa Rica—, el trasfondo de estas diferencias entre los hermanos Ortega tiene que ver con la forma de visionar y hacer política, pero a su criterio no ve rupturas entre ambos.

«Han habido diferencias, pero yo creo que hasta el día de hoy no hay ruptura entre ellos, lo que pasa es que tienen dos visiones diferentes de políticas a seguir: Daniel que quiere instaurar una dinastía y Humberto, que tiene temor de que esa política termine como la de Somoza y se lo lleven de paso a él mismo. Entonces él (Humberto), opta por una democracia controlada y Daniel por la dinastía, pero no veo que sean cosas irreconciliables, sino que son estrategias que responden a sus propios intereses. Humberto quiere preservar su capital y el otro quiere preservar el poder», consideró Vargas.
Lo que plantea el analista político es que el hermano de Daniel tiene una política que garantice que se preserve el capital, no entregando el poder «pero sí entregando el gobierno a otra fuerza (política)», «mientras que Daniel Ortega considera que si él entrega el gobierno pierde el poder», finalizó.