Rosario Murillo anunció que el jueves, 25 de noviembre, se inaugurarán los 51 altares a la Purísima, ubicadas en la Avenida Bolívar, en Managua. El régimen de NIcaragua monta este evento «mariano», pero no cesa los ataques a los jerarcas de la Iglesia católica. El Estado destina un millonario gasto derivado del presupuesto destinado a cada una de las instituciones públicas.
«Mañana inauguramos los altares a nuestra madre en todo el país, cantándole con alegría a nuestra virgen María y al mismo tiempo las ferias navideñas», indicó Murillo en su intervención telefónica de este miércoles, 24 de noviembre. La vicepresidenta ha sido una de las que más se ha ensañado en contra de los obispos católicos llamándolos «pastores disfrazados, escasos de amor y cómplices del terrorismo». Ella y Daniel Ortega incluso los han amenazado con cárcel.
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Los Ortega-Murillo ven a los religiosos como enemigos políticos debido a las denuncias que estos hacen con relación a las violaciones a los derechos humanos, el atropello a las libertades y la falta de democracia y el país. Los operadores del régimen no han ni siquiera respetado los templos. En 2018, en la parroquia Divina Misericordia, la Catedral de Managua y diferentes parroquias departamentales hubo invasión de fanáticos orteguistas y ataques armados.
Estos altares serán con la única participación del sector público con un gasto de aproximadamente 50 millones de dólares, según los cálculos de los analistas, en medio de una «grave crisis económica» que enfrenta Nicaragua con un futuro incierto debido al aislamiento internacional en el que se sumerge el país centroamericano.
Los altares se colocan desde hace unos 10 años. Primero se inauguran los altares a la Purísima, cuyo principal día es el siete de diciembre, día de la Gritería. Inmediatamente se empiezan a desmontar y se colocan los nacimientos al Niño Jesús, hasta que son retirados el siete de enero después del Día de Reyes.
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Según los contratos de años anteriores se observa que entre los requisitos está que los altares deben colocarse en no más de seis días y tienen que estar listos antes de cerrar el mes de noviembre, para que coincidan con el inicio del novenario el 28 de noviembre el que culmina el siete de diciembre la población. La administración de turno apuesta a atraer el turismo y vender una supuesta normalidad.
Inauguración de altares expone a los ciudadanos al COVID-19
Además de la necesidad de los Ortega-Murillo por simular cristianismo, esta aglomeración de ciudadanos durante estas fechas podría aumentar los contagios por COVID-19, según advirtió la Organización Panamericana de la Salud (OPS). La entidad llamó a los ciudadanos a tomar las medidas y evitar los espacios con demasiadas personas. «Las consecuencias de una pandemia descontrolada son graves y no queremos estar allí otra vez», dijo Carissa Etienne, directora de la OPS.
En Nicaragua recientemente se confirmó la existencia de las «variantes de preocupación» Alfa, Beta, Gamma y Delta. Mientras el Ministerio de Salud se guardaba la información, el doctor Sylvain Aldighieri, gerente de Incidente para COVID-19 en la OPS, confirmó la circulación de estas en el país.