La joven opositora y ahora presa política Samanta Jirón será llevada a audiencia de juicio el próximo lunes, 22 de noviembre, al Juzgado Quinto Distrito Penal de Audiencia de Managua, acusada por la Fiscalía orteguista de «conspiración a la patria».
Una fuente en condición de anonimato informó a Artículo 66 que la audiencia iniciará a las 8:30 de la mañana. «Ella ya se encuentra a la orden de la autoridad competente, procesada por el delito de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional», explicó.
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La también miembro de la Unidad Nacional y Blanco (UNAB) fue presentada en audiencia preliminar el sábado, 13 de noviembre, sin que estuviera presente su abogada y sin poder ser vista por ningún familiar.
Desde el nueve de noviembre, Samantha Jirón fue reportada como desaparecida por su mamá, Carolina Jirón. Luego de 24 horas, su progenitora fue informada que a la joven la tenían recluida en la delegación del Distrito Tres de la Policía de Managua.
La activista de 21 años se convierte en la nueva presa política número 51, en el contexto antes y después de las elecciones presidenciales de 2021 de Daniel Ortega. En una entrevista reciente, Carolina Jirón exigió la libertad de su hija, aduciendo que es inocente de todos los cargos que la justicia orteguista le está imputando.
«Yo me siento desesperada, no puedo estar en paz. Mi hija es una presa política más. ¿Cómo va ser el Estado víctima de una joven de 21 años que nunca ha cometido ningún delito? Además, mi hija —Samantha Jirón— ya no pertenecía a ninguna organización», refirió la madre de la opositora, originaria de Masaya.
En el ojo de la dictadura
En el 2018, Jirón, de 21 años y originaria de Masaya, tuvo que exiliarse en Costa Rica, tras el asedio, amenazas y persecución por parte de la Policía y fanáticos orteguistas. En julio de 2020, regresó al país para continuar sus estudios universitarios y seguir realizando activismo político.
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Ya de regreso a Nicaragua, la estudiante de la carrera de periodismo denunció ante Artículo 66 que era objeto de amenazas y asedio por fanáticos afines a la dictadura de Daniel Ortega.
«Regresé a Nicaragua porque la situación para los exiliados en Costa Rica es difícil y mas en tiempo de una pandemia (COVID-19) que ha azotado a todos los países. Además, tenía muchas ganas de ver a mi familia, ya eran dos años de no estar cerca de ellos, pero ya estando en mi ciudad (Masaya) puedo ver que la presión no ha cambiado, porque continúa el hostigamiento del régimen», denunció la opositora.
Jirón trabajó junto al aspirante a la Presidencia Félix Maradiaga, secuestrado por la Policía orteguista el ocho de junio, y actualmente se había mantenido activa en las redes sociales denunciando las violaciones de derechos humanos cometidos por la administración sandinista.
A diferencia de los otros opositores presos, Samantha Jirón aún se encuentra en las celdas de la delegación del Dístilo tres de la Policía de Managua, se desconoce si será traslada a la Dirección de Auxilio Judicial, conocido como «el nuevo Chipote», en Managua.