La vocera gubernamental, Rosario Murillo, arremetió contra el gobierno de Reino Unido llamándoles «esclavistas e imperios decadentes». La reacción de la vicemandataria, esposa de Daniel Ortega, se da luego que la administración británica le impusiera sanciones por su responsabilidad en la comisión de violaciones y abusos de los derechos humanos, represión y socavamiento de la democracia en Nicaragua.
La vocera del régimen le dedicó sus ataques de este miércoles a Londres y a la oposición, al tiempo que trató de restarle importancia a las restricciones, asegurando que «aquí no tenemos oídos para esas voces disonantes de imperios caducantes».
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Aunque la dictadura ha menospreciado y minimizado las sanciones de la administración estadounidense, lo cierto es que sus acciones demuestran lo contrario. El mandatario Daniel Ortega se vio en la obligación de reemplazar al viceministro de Hacienda, luego que Estados Unidos sancionara a José Adrián Chavarría, quien fungía en el cargo y era firma legal del ministerio.
El régimen nombró en el puesto a Bruno Mauricio Gallardo Palaviccine, dos días después de la sanción. El nuevo viceministro también fue representante del Estado en la silla que ostenta en la empresa Disnorte-Dissur.
El Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) concluyó que las elecciones generales del siete de noviembre, en las que el presidente Daniel Ortega quedó en el poder para un quinto mandato, fueron “ilegítimas” y “una farsa”.
El Cenidh denunció que en el proceso electoral se observó el abstencionismo generalizado, las detenciones arbitrarias contra opositores, el entorpecimiento del pluralismo y la participación política, la falta de garantías electorales y el reporte de resultados falsos e irregularidades. Las conclusiones fueron presentadas en un informe titulado “En Nicaragua no hubo elecciones”.
Los presos políticos, detenidos en el contexto electoral, están convocando a un ayuno este próximo jueves, 18 de noviembre, por la liberación de todos los rehenes de la dictadura y la paz de Nicaragua. La jornada de ayuno y oración se efectuará en un lapso de doce horas, empezando a las seis de la mañana y finalizando a las seis de la tarde.
A través de esta acción, los reos le demandan al gobierno de Ortega Murillo que garantice las «condiciones mínimas» para satisfacer sus necesidades básicas, como una mejor alimentación, visitas más frecuentes y el cese al aislamiento y la tortura.
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La Organización Panamericana de la Salud (OPS) confirmó que en Nicaragua circulan cuatro variantes de COVID-19. Las variantes identificadas son Alfa, Beta, Gamma y Delta. La información fue facilitada por el Ministerio de Salud (Minsa) a la organización internacional de salud pública, a pesar que el régimen aún no comunica la situación al pueblo nicaragüense.
El independiente Observatorio Ciudadano de COVID-19, hizo un llamado urgente a la ciudadanía a continuar tomando todas las medidas de prevención y vacunarse. Los médicos independientes lamentaron que la información oficial se haya dado a conocer después de la ola de contagios y muertes que se vivió en septiembre y octubre.