Tras casi cumplirse 24 horas de la desaparición de la joven activista y opositora Samantha Jirón, originaria de Masaya, su madre, Carolina Jirón dijo a Artículo 66 que se encuentra recluida en el Distrito Tres de la Policía, ubicado en Altagracia, en Managua.
Según la progenitora de Jirón, agentes policiales de la Dirección de Auxilio Judicial, conocida como El Nuevo Chipote en Managua, le informaron que no se encontraba allí, «pero que sí estaba presa en el distrito tres», sin especificar bajo qué cargos.
«En el Distrito Tres me recibieron una comida y una ropa que le llevé y me pasaron una ropa sucia que mandó ella», relató Carolina Jirón, quien expresó que las autoridades policiales no dieron ninguna explicación de la detención arbitraria.
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Samantha Jirón, integrante de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), desapareció desde el mediodía del martes, nueve de noviembre, después de haber sido supuestamente interceptada por agentes policiales vestidos de civil, en las inmediaciones del Hotel Holiday Inn, en Managua.
De acuerdo al relato de la progenitora, la joven estudiante de 21 años salió de su casa, ubicada en Masaya, en horas de la mañana con el fin de brindar una entrevista a un medio de comunicación y a su vez realizar unas gestiones bancarias, sin embargo la última comunicación que tuvo Samantha con su mamá fue pasado mediodía.
“La última vez que me comuniqué con ella fue a las 12:30 de mediodía, que ella me puso un mensaje de un dinero que me iba a depositar, cuando regresé y le escribí ya no le llegaban los mensajes. Después supe que ella se iba movilizando en un vehículo con cuatro personas en el sector del Holiday Inn y que le venían dando seguimiento policías de civil y ya en punto detuvieron el vehículo, la bajaron y se la llevaron”, comentó Carolina un poco desconcertada.
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La joven estudiante estuvo trabajando junto al aspirante a la Presidencia Félix Maradiaga, secuestrado por la Policía orteguista el ocho de junio, y actualmente se ha mantenido activa en las redes sociales denunciando las violaciones de derechos humanos cometidos por la administración sandinista. En el 2018 tuvo que exiliarse en Costa Rica y en julio de 2020 regresó al país para continuar sus estudios universitarios.
