El secretario general de la Organización de Estados Americano (OEA) Luis Almagro, aseguró que la comunidad internacional «debe exigir la anulación de las elecciones del siete de noviembre» en Nicaragua y hacer un llamando a la «celebración de un nuevo proceso electoral» que cumpla con las garantías, observación electoral y verdadera competencia.
Según el informe de la secretaría de la OEA «Fortalecimiento de la Democracia» en Nicaragua, el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo optó por «el camino del autoritarismo, mintiéndole con ello a sus gente y a la comunidad internacional» respecto a su voluntad de trabajar para edificar un sistema electoral sólido, a pesar de los esfuerzos y oportunidades de la OEA para fortalecer el proceso electoral y brindar las garantías para unos comicios justos, libres y transparentes.
«Nicaragua debe implementar las recomendaciones que se han hecho en distintas instancias internacionales para tener elecciones genuinas y auténticas, que permitan restablecer las libertades y el Estado de derecho, y únicamente a través de esa vía recuperar la democracia ya perdida», señala el documento publicado por Almagro.
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El secretario general de la OEA, Luis Almagro, rechazó los resultados de las «elecciones ilegítimas» en Nicaragua e instó a países miembros de la OEA a «responder a esta clara violación de la Carta Democrática durante la Asamblea (General de la) OEA». Los miembros de ese organismo se reunirán mañana miércoles, 10 de noviembre, para discutir esa temática.
El CSE está «a favor del partido de gobierno»
El informe de la Secretaría General de la OEA retoma el Memorándum de Entendimiento entre el régimen de Nicaragua y el organismo regional, mismo que Ortega decidió no cumplir y que tenía como finalidad el «fortalecimiento de las instituciones democráticas y analizar el proceso electoral» de las votaciones municipales de 2016.
En ese año, la OEA desplegó un grupo de 60 observadores en todo el país para «realizar un análisis en profundidad del proceso electoral nicaragüense, que sirvió de diagnóstico sobre su estado y abrió una ruta para las reformas necesarias».
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El informe de Almagro concluyó que el CSE tiene problemas de «confianza y transparencia». «La desconfianza en la máxima autoridad electoral por parte de un sector importante del país fue otro elemento que observó la Misión, pues le atribuyen parcialidad a favor del partido de gobierno y falta de independencia», afirma.
«Debido al control que el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) ejerce sobre el Consejo Supremo Electoral47, la organización de las elecciones no contó con garantías mínimas de imparcialidad, equidad, libertad y transparencia», agrega.
El «quiebre de la democracia»
La OEA consideró que el país ha atravesado una «violenta erosión democrática» por el proceso viciado que llevó a Nicaragua al «quiebre de su régimen democrático» conforme los principios y normas del sistema interamericano».
El documento explica que Nicaragua no estuvo en «condiciones de celebrar elecciones» con las mínimas garantías de un proceso electoral libre, justo y transparente, y «renunció en los hechos a sus compromisos internacionales en materia de democracia y de protección y defensa de los derechos humanos».
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«El estado de la democracia en Nicaragua no es un problema solo de los nicaragüenses, es un problema de todos. Como lo reconoce la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “el ejercicio efectivo de la democracia en los Estados americanos constituye una obligación jurídica internacional y estos soberanamente han consentido en que dicho ejercicio ha dejado de ser únicamente un asunto de su jurisdicción doméstica, interna o exclusiva”», recoge el informe elaborado por la secretaría general que encabeza Luis Almagro.
CSE declaró «ganador» a Ortega
Con el 97.74% de las actas escrutadas, el CSE declaró a Daniel Ortega como presidente electo de Nicaragua para el periodo 2022-2027. Ortega habría recibido el voto favorable de mas de 2 millones de nicaragüenses, según el tribunal electoral.
Supuestamente hubo una participación del 65.23 % de participación ciudadana, la abstención se ubicó en 34.77 %, una cifra muy por debajo de la presentada por el observatorio independiente de Urnas Abiertas que ubicó la abstención hasta un techo de 84 %.
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El segundo lugar, según el CSE, lo ocupa el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) con el 14.15 %, le sigue Camino Cristiano Nicaragüense (CCN) con 3.30 %, Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) con 3.15 %, Alianza por la República (Apre) 1.78 % y Partido Liberal Independiente (PLI) con 1.70 % de los votos válidos.
El CSE le asignó al FSLN un total de 75 diputados, al PLC nueve (más la diputación constitucional por el segundo lugar en la votación), ALN dos diputaciones; CCN, Apre, PLI y Yatama un diputado cada uno. En el Parlamento Centroamericano (Parlacen), el PLC obtuvo 2 escaños, el FSLN 15, ALN, Apre y PLI uno cada uno.
La mayoría de la comunidad internacional no reconoce los resultados de las elecciones presidenciales celebradas este domingo en Nicaragua, en las que el presidente Daniel Ortega, con sus rivales encarcelados o exiliados, obtuvo el 75 % de los votos y blindó un quinto mandato.