La aplanadora sandinista, en la Asamblea Nacional de Nicaragua, extendió el plazo de vigencia de las cédulas vencidas en una maniobra desesperada para que la población acuda a votar en las cuestionadas elecciones de Daniel Ortega. La propuesta de ley fue presentada por los diputados fieles al orteguismo y los parlamentarios de otros partidos políticos, tildados de colaboracionistas y que acompañan al dictador en la boleta, apoyaron la iniciativa.
«Se consideran vigentes, únicamente al siete de noviembre de 2021, las cédulas de identidad que estén vencidas a esa fecha, con el objeto exclusivo de garantizar el derecho al voto a las y los ciudadanos durante las elecciones generales del siete de noviembre de 2021», señala el artículo dos de la iniciativa aprobada este 26 de octubre.
El diputado sandinista Edwin Castro, jefe de la bancada oficialista, defendió la medida y afirmó que la prórroga de la vigencia de las cédulas vencidas es una «ley patriota, cívica y ciudadana porque da oportunidad a ejercer el derecho al voto a todos»
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El proceso electoral en Nicaragua es señalado, por grupos opositores de ser una «farsa electoral» y han solicitado a la comunidad internacional que desconozcan los resultados de las elecciones donde el dictador Daniel Ortega busca un cuarto periodo consecutivo en la Presidencia, el segundo de la mano de su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo.
Las elecciones en Nicaragua se convirtieron en trámite para que Ortega inicie el próximo 10 de enero de 2022 su próximo mandato. Los comicios generales del siete de noviembre están precedidos por una serie de acciones arbitrarias que el régimen empleó para sepultar la oportunidad de los nicaragüenses a elegir a sus autoridades.
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Ortega mandó a aprobar leyes represivas, encarceló a siete aspirantes presidenciales y líderes de oposición, canceló la personería jurídica a tres partidos políticos y allanó el camino para colocar en la boleta electoral a cinco candidatos presidenciales desconocidos en partidos políticos que son considerados colaboracionistas de la dictadura.
A menos de dos semanas para las elecciones nacionales, Nicaragua está sumida en una crisis social, política, económica y sanitaria que no tiene miras a terminar pronto y expertos han indicado que la situación podría acentuarse después de las elecciones. En el proceso del siete de noviembre los nicaragüenses deberían elegir al presidente, diputados nacionales, departamentales y al Parlamento Centroamericano