Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de la Arquidiócesis Managua, manifestó que, hoy en día, existe la ceguera ideológica en quienes oprimen a los pueblos, en quienes obedecen sin cuestionamientos e ignoran la necesidad de los demás. Ante ello, invita a no ser indiferentes, y tener fe en Dios y en las propias decisiones.
«Somos ciegos cuando nos empeñamos en decir que estamos bien, cuando en realidad estamos mal. Somos ciegos cuando pensamos que somos felices y en realidad somos desgraciados y dignos de lástima», refirió el jerarca católico en su homilía este domingo, 24 de octubre, desde la iglesia Santa Agatha, en Miami, Estados Unidos.
«Es ciego quien piensa que es libre porque da rienda suelta a sus instintos y hace lo que quiere, quien piensa que puede ser feliz ignorando las necesidades de los demás o quien se conforma con el bienestar material descuidando su propia conciencia», añadió.
Monseñor Báez hizo la reflexión con base en el evangelio de este domingo que relata el milagro que Jesús hizo en el ciego Bartimeo. «Ha oído hablar del Maestro y confía en que Jesús puede hacer algo por ayudarlo. Por eso, grita en modo espontáneo y con una gran confianza: “Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí”».
Las palabras de monseñor llegan en momentos que el pueblo nicaragüense se acerca a unas cuestionadas elecciones presidenciales, programadas para el siete de noviembre. En las votaciones de Daniel Ortega, el dictador estaría repitiendo su cuarto mandato consecutivo y dos, con su esposa, Rosario Murillo, en la Vicepresidencia.
«En la vida política existe la ceguera ideológica de quienes no piensan por sí mismos y dejan que sea el líder o el partido quienes piensen por ellos. En momentos de importantes decisiones políticas en la vida de la nación, son ciegos ideológicamente quienes obedecen en modo sumiso o actúan a la ligera, sin preguntarse en conciencia si con su decisión están colaborando a la construcción de una sociedad más justa y al fortalecimiento de un sistema democrático y pluralista», manifestó.
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«Son ciegos también los poderosos que se imaginan eternos, que se engañan creyendo que una mentira repetida una y otra vez se convierte en verdad y piensan que reprimir a los pueblos les asegura para siempre el poder que poseen. Entre los ciegos más miserables están los tiranos y opresores. Se enorgullecen de ser ciegos», subrayó.
El líder religioso, en el exilio, refirió que a muchos les incomoda, en su conciencia y tranquilidad, «el grito de los pobres», les desagrada que se hable de justicia social, del hambre en el mundo, del dolor de los exiliados y de los presos políticos. «Jesús no quiere que quienes van con él ignoren el grito de los pobres. Si queremos seguir a Jesús debemos estar atentos a escuchar a quienes sufren y pasan necesidad», dijo.
Finalizó enviado un mensaje de ánimo «a quienes desean comenzar otra vez. Es como decir: ten confianza, no tengas miedo, no te sientas solo ni indigno de ser amado. Levántate es una invitación a tomar la vida en las propias manos. Es como decir: todo depende de ti, no lo dudes, tú puedes, no te quedes postrado y caído».
Al ciego «lo salva su fe. La presencia amorosa y acogedora de Jesús es la que hace brotar en nosotros la fe que necesitamos para vivir. No solo fe en Dios, sino fe en la vida, en nosotros mismos y en los demás», manifestó.