En Nicaragua se ha impuesto un «sistema de crueldad» que domina a la ciudadanía y mantiene tras las rejas a decenas de presos políticos, alertó el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Monseñor Silvio José Báez. Para acabar con ese régimen que oprime al pueblo «hay que alzar la voz a nivel mundial, hay que alzar la voz para que la comunidad internacional, los organismos humanitarios intervengan en Nicaragua».
El prelado, quien se vio obligado a exiliarse, fue más duro y llamó a los países del mundo a «ir más allá de la hipocresía diplomática», porque lo ocurre en Nicaragua «no puede ser ajeno a las demás naciones del mundo». Báez exhortó a los países de Centroamérica a ser los primeros que tienen que prestar atención a la situación de Nicaragua por ser sus vecinos.
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«(…) y el resto de la comunidad internacional hay que intervenir para parar esta crueldad y para hacer que se libere inmediatamente a las personas que han sido puestas en la cárcel de modo injusto y con artimañas de aparente legalidad», enfatizó.
«Hay que alzar la voz a nivel mundial y hay que intervenir para que esto se pueda superar en el menor tiempo posible porque el pueblo de Nicaragua ha hecho ya mucho. Ciertamente que la solución tiene que venir de adentro, pero el pueblo de Nicaragua está sumamente maltratado y necesita ayuda», añadió.
Nicaragua vive desde abril 2018 una crisis sociopolítica y económica por la cruenta represión gubernamental que dejó una estela de muerte y el desplazamiento forzado de miles de nicaragüenses que han huido del país por la persecución estatal.
El obispo auxiliar manifestó que se debe alzar la voz en oración hacia Dios para pedirle sabiduría y fortaleza para resistir los embates de las dictadura como la nicaragüense al mando de Daniel Ortega y Rosario Murillo; y no ser repetidores de «sistemas injustos» y tener la capacidad para poder actuar como «el buen samaritano».
El jerarca invitó a la ciudadanía a actuar con una «misericordia eficaz» que superen los sistemas de crueldad para sanar «las heridas de las víctimas que han caído en manos de bandas de delincuentes como en nuestros países» y que se supere el actual sistema «para que ya no haya más heridos en el camino ni más bandas criminales que causan dolor, humillación y muerte en nuestro país».
Las declaraciones se dieron en el evento virtual «Jornada espiritual: Rompamos el silencio», dedicado a la liberación de los presos políticos en Centroamérica. Participaron familiares de reos políticos de Nicaragua, Honduras, El Salvador y Guatemala.
Organismos internacionales de derechos humanos concluyeron que en Nicaragua se cometieron crímenes de lesa humanidad y que el principal perpetrador fue el Estado, al mando de la pareja dictatorial de Daniel Ortega y Rosario Murillo.