La dirigente política y miembro de la Unión Democrática Renovadora (Unamos) Ana Margarita Vijil cumple este jueves, 14 de octubre, 123 días de encarcelamiento arbitrario. Sus familiares pudieron verla y abrazarla en la segunda visita que el régimen autorizó para los presos políticos electorales que están detenidos en la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ), conocida como «El Nuevo Chipote».
El encuentro duró dos horas y su hermana Josefina Vijil dice que Ana Margarita le comentó que la cárcel «es mi aporte a la lucha no violenta y cívica por la libertad, la justicia y la democracia en Nicaragua. Sé que puede ser largo pero estoy preparada».
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Ana Margarita no ha perdido más peso, está aislada en una celda de barrotes, es sometida a extensos interrogatorios, la alimentación ha variado, recibe atención médica, hace ejercicio y recibe sol cada cierto tiempo en la semana, según dijo su mamá María Josefina Gurdián, conocida como Pinita, a Artículo 66.
«Me afecta mucho no tenerla en libertad, no poderla ver, no platicar con ella con frecuencia, todas quisiéramos que la visita, mientras llega esa visita tan deseada, sean más frecuentes porque tenemos los mismos derechos que tienen los presos comunes de una visita semanal o al menos quincenal, que se permita la paquetería, quisiéramos llevarle un plato de comida caliente. Cualquiera se vuelve loco con un encierro prolongado», dijo Pinita.
«Mi hija hace ejercicio muchas veces al día, se baña temprano y todo lo hace lentamente para que pase el tiempo. Es muy difícil estar aislada porque no puede hablar con nadie. Dice que busca en qué gastar su tiempo. La situación es terrible, pero ella ha tratado que esto le sirva de alimento para formar su carácter, para reafirmar sus convicciones. Siente que la oración de todas las personas, los mensajes que le mandan, la llenan de energía. Ella se mantiene muy firme», agregó.
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La madre de Ana Margarita aseguró que su hija también invierte sus horas en rezar. Se ha recluido en la oración y hacer ejercicio varias veces al día para mantenerse ocupada, sostuvo. Por un infección intestinal había perdido 18 libras, pero en esta nueva visita ha recuperado ocho.
«Reza mucho ella, es muy creyente. Siente la presencia del Señor en su vida, siente el amor de todas las personas que la quieren, siente la presencia de los ángeles en su vida que son su papá, el padre Fernando Cardenal y su cuñado Irving Dávila, siente que están con ellas, siente que la acompañan. Tiene momentos de tristeza, pero en general está bien», manifestó.
Ana Margarita Vijil no se ha vuelto a enfermar aunque presenta problemas en los oídos y su familia solicita que sea atendida por un cuadro de anemia. Pinita afirmó que médicos de El Chipote la han atendido y tratado bien.
«La sacan al sol de vez en cuando, tiene inodoro, ducha y siente que está haciendo una protesta pacífica que es una manera de luchar sin armas, buscando la paz y la libertad en Nicaragua. Que ese es el aporte que puede dar a este país y se siente bastante tranquila, yo salí muy satisfecha porque la vi tranquila en relación a mi enfermedad (cáncer). A ella le dijeron que me habían devuelto los pasaportes, y no es cierto, no le dijeron la verdad y no le gustó esa parte», aseveró.
«Me dijo que todo este sacrificio no es vano, que es una forma de protestar como lo hizo Martin Luther King, Mahatma Ghandi, Pepe Mujica y Mandela que sufrieron torturas fueron aislados, pero que salieron fortalecidos. Es horrible estar aislada, sin poder platicar con nadie, estar detrás de una reja, eso no lo podemos obviar, la falta de libertad a la que todo ser humano tiene derecho. A ella se le ha negado como a tantos otros. No solo ella está sufriendo, el sufrimiento es de todas las presas y presos políticos de Nicaragua», finalizó.