El Ministerio de Salud (Minsa) reportó 686 casos positivos de COVID-19 en la más reciente semana, una disminución de 32 casos respecto a la semana anterior cuando registró la cifra oficial más alta desde la aparición de la primera persona contagiada con el virus en el país con 718 pacientes. En promedio, la institución sanitaria estaría atendiendo 98 contagios al día.
Este reporte recoge las estadísticas del periodo comprendido entre el 28 de septiembre y el cinco de octubre. Las cifras del Minsa son alarmantes, pero estas aún están alejadas de las recogidas por el Observatorio Ciudadano COVID-19 que en la semana más reciente reportó más de 300 fallecidos con síntomas asociados al coronavirus, pero las autoridades señalan únicamente un deceso a la semana desde hace varios meses y la cifra total apenas supera los 200.
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El régimen Ortega-Murillo es el principal propagador de la enfermedad al convocar a sus adeptos a decenas de eventos masivos cada semana. El pasado primero de octubre, la vocera gubernamental Rosario Murillo justificó su llamado a la aglomeración y afirmó que «se realizan tomando todas las medidas de seguridad».
Según los reportes semanales del Minsa, en el mes de agosto Nicaragua acumuló 1 mil 484 contagios de COVID-19 y en septiembre 2 mil 713 casos positivos. Estas cifras reflejan un incremento sostenido de los infectados desde hace dos meses, pero las autoridades siguen minimizando los efectos devastadores de la pandemia, plegándose a discurso oficial que mantienen Ortegq y Murillo.
El epidemiólogo Leonel Argüello recomendó al régimen la cancelación de todas las actividades masivas que organiza a diario. El experto señaló que, si la dictadura tomara esta medida, en un mes se podría observar un «cambio radical» en el número de contagios y muertes asociadas al virus.