Pese a que la Diócesis de Matagalpa ordenó la cancelación de las actividades religiosas que incluyan aglomeración de personas por la pandemia de COVID-19, las autoridades de la alcaldía de esa ciudad convocaron a la ciudadanía a «celebrar con devoción cristiana» las fiestas patronales en honor la Virgen de la Merced.
Esta decisión confirma lo denunciado por el obispo de Matagalpa, Monseñor Rolando Álvarez, quien acusó a los alcaldes de «usurpar» las funciones que solo le competen a la Iglesia y advirtió que no deben meterse con las cosas sagradas.
La dictadura ordenó a las alcaldías sandinistas organizar sus propias procesiones sin importar el repunte sostenido de los casos positivos de COVID-19. Los funcionarios municipales hacen sus actividades, «usurpando el lugar que le corresponde al templo, a la parroquia, al sacerdote; usurpando un lugar que no les corresponde a ellos (a los alcaldes)», dijo el jerarca el 16 de septiembre.
«Lamentamos con dolor en el alma y en el corazón que se promuevan actividades de aglomeración. Es doloroso, escuchar, ver, cómo se manda al pueblo a aglomerarse como si no estuviera pasando nada. Cuántas veces nosotros en nuestras parroquias cancelamos las procesiones precisamente para evitar las aglomeraciones y viene la alcaldía y hace su propia procesión, hace su aglomeración. Buscan a los chicheros, buscan una imagen parecida al santo patrono que está en el templo parroquial y sacan la procesión con algún grupo de personas», agregó el obispo.
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El orteguista alcalde de Matagalpa Sadrach Zeledón firmó la disposición municipal y convocó a los pobladores a celebrar con «devoción cristiana este día en el marco de las fiestas patronales y tradiciones culturales propias de nuestro municipio».
Las fiestas patronales están programadas, según la disposición, entre el 15 y el 24 de septiembre, pero este último día es asueto con goce de salario para todos los trabajadores del municipio.
«Es como si la alcaldía se volvió parroquia y el alcalde párroco. Están usurpado el lugar que le corresponde al templo, usurpando al sacerdote. Usurpando un lugar que no les corresponde a ellos. Están tomando el lugar de los vendedores del templo que estaban usurpando un lugar sagrado y con las cosas sagradas no deberían meterse. ¡Con las cosas sagradas no se metan! Dejen que sea la iglesia de cristo quien las administre y no jueguen con la fe sencilla del pueblo», sentenció el jerarca católico.