La Policía del régimen detuvo la tarde de este lunes, 20 de septiembre, al opositor Irving Larios Sánchez, miembro de la Articulación de Movimiento Sociales (AMS), que hasta hace unos meses pertenecía a la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB), uno de los principales grupos opositores a la dictadura de Daniel Ortega.
Según la nota policial, a Larios lo detienen porque es investigado por supuestamente «realizar actos que menoscaban la independencia, la soberanía, y la autodeterminación, incitar a la injerencia extranjera en los asuntos internos, pedir intervenciones militares, organizarse con financiamiento de potencias extranjeras para ejecutar actos de terrorismo y desestabilización».
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Los amigos del opositor le habían recomendado que saliera del país por su seguridad, según una publicación que hizo el pasado ocho de agosto, pero Larios le reiteró que «ni me fui, ni me voy, me quedo resistiendo».
La Policía del régimen lo señala de violar la Ley 1055, Ley de soberanía, la misma herramienta jurídica que la aplica a otros 36 opositores bajo el cargo de supuesta «conspiración para el menoscabo de la integridad nacional»
El único artículo de la Ley 1055 expone que será aplicada a quienes propongan y gestionen bloqueos económicos, comerciales y de operaciones financieras en contra del país y sus instituciones, demandar, exaltar y aplaudir la imposición de sanciones contra el Estado de Nicaragua y sus ciudadanos, y lesionar los intereses supremos de la nación.
El detenido es disidente del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), economista y sociólogo, tiene 62 años años y es presidente de Instituto de Investigaciones y Gestión Social (INGES). Dicha organización facilita y acompaña procesos de participación ciudadana, equidad de género, cambio generacional y la concertación de acciones para el desarrollo, según su página de Facebook.
La Articulación de Movimientos Sociales llamó el pasado 14 de septiembre a realizar un «paro electoral» para que los ciudadanos se abstengan de acudir a las juntas receptoras de votos (JRV) este próximo siete de noviembre y que no «haya participación ciudadana» como un mecanismo de protesta cívica no solo contra el régimen de turno, sino también contra los partidos «zancudos, colaboracionistas». «Que nadie salga de sus casas», es el llamado de la agrupación.