Organizaciones defensoras de derechos humanos y agrupaciones políticas de Nicaragua exigen a la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo que le permita al dirigente estudiantil opositor y actual preso político Max Jerez asistir a las honras fúnebres de su mamá, Heydi Meza, a la que, en un acto catalogado como «cruel y perverso», no la dejaron ver en sus últimos momentos de vida.
El Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, a través de un mensaje difundido en video, señala que el joven, que está privado de su libertad en las cárceles de la Dirección de Auxilio Judicial (DAJ) conocidas como El Nuevo Chipote, tiene todo el derecho que le otorgan las leyes del país para despedirse de su mamá fallecida este viernes, 17 de septiembre.
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«Tuvimos conocimiento del fallecimiento de doña Heydi Meza, madre de Max Jerez Meza. Murió sin poder verlo y con la angustia de su encierro injusto. La salud de doña Heydi se había deteriorado a raíz de la captura de su hijo. Exigimos al Poder Judicial que gire una orden para que Max Jerez pueda asistir a las honras fúnebres de su madre», dice el comunicado del organismo defensor.
La madre del preso político Max Jerez falleció después de permanecer más de un mes internada en un hospital capitalino. No pudo ver a su hijo antes de morir. Familiares informaron que la mujer padecía de neumonía y de derrame pleural. Dolly Mora, de la Alianza Universitaria Nicaragüense (AUN), informó esta mañana que Meza estaba en agonía y demandó al régimen que permitieran a la señora encontrarse con su hijo por última vez para despedirse, pero la dictadura no cedió.
El Colectivo Nicaragua Nunca Más insiste que el marco jurídico de Nicaragua, en lo referido a los privados de libertad «plantea como centro la dignidad y el derecho a no ser sometido a tratos crueles, inhumanos y degradantes. Max tiene todo el derecho a despedirse de su madre».
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Por su parte, el Centro Nicaragüense de Derechos Humanos (Cenidh) fue enfático en afirmar que los Ortega-Murillo se ensañan con los presos políticos de una manera perversa, al no permitirle al dirigente estudiantil detenido asistir al lecho de enferma donde agonizaba su mamá para poderse despedir de ella.
«Otro acto perverso e inhumano por parte del régimen Ortega-Murillo. No permitió a Max Jerez ver a su madre con vida por última vez. Condenamos esta otra forma de tortura contra los detenidos por razones políticas y sus familias», señala el CENIDH a través de un mensaje publicado en Twitter.
Por su parte, la dirigente política opositora Kitty Monterrey, de Ciudadano por la Libertad (CxL), desde su exilio en Costa Rica, se pronunció expresando sus condolencias a la familia Jerez-Meza y se sumó a la demanda de autorización para que el preso político pueda asistir a los funerales de su madre.
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«Ante esta tragedia, nos unimos al dolor de su familia y a la demanda que como un gesto mínimo de humanidad, las autoridades penitenciarias le otorguen un permiso a Max Jerez para estar presente en las honras fúnebre de su madre», escribió Monterrey.
Jerez es dirigente de la organización estudiantil Alianza Universitaria Nicaragüense que formó parte de la Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia y también fue parte del mecanismo de enlace de la Alianza Ciudadanos por la Libertad.
Fue capturado por la Policía de la dictadura el cinco de julio, acusado de conspiración para cometer menoscabo contra la soberanía y la independencia de Nicaragua, delitos rebuscados por la dictadura para llevar a la cárcel a más de 35 activistas políticos, previo a las eventuales elecciones generales del siete de noviembre, en las que los Ortega-Murillo pretenden imponerse sin competencia.