La Universidad Católica (Unica) mantiene sus clases presenciales, pese al aumento de contagios por COVID-19 en Nicaragua, lo que ha generado molestia en los padres de familia de los estudiantes que asisten a esa institución educativa. «Siguen sin suspender clases aunque se han reportado casos positivos», denuncian.
«La rectora Michelle Rivas Reyes, al inicio de la pandemia cuando se presentaba un caso de COVID-19 dentro de la universidad o en la sección, suspendía las clases para cierto grupo y recibían virtualmente las indicaciones por el docente. Ahora, lo que hacen las autoridades es mandar a su casa a todo aquel que presenta síntomas del virus, no lo encuentro lógico, porque el resto de estudiantes estuvieron en contacto con la persona», declaró a Artículo 66 un padre de familia que tiene a su hijo matriculado en esa casa de estudios.
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El ciudadano se refirió al rebrote que existe en Nicaragua de coronavirus y lamentó que siendo una universidad bajo los principios católicos, la rectora Rivas, no haya tomado en cuenta las palabras de los obispos en donde han manifestado a los feligreses resguardarse por la ola de contagios a nivel nacional.
La universidad, al inicio de 2021, había estipulado clases presenciales tres veces a la semana y el resto de orientaciones virtuales. Este equipo intentó establecer comunicación con las autoridades de la Unica, pero no respondieron nuestras llamadas telefónicas.
Ante el aumento sostenido de los casos positivos de COVID-19 y la muerte de más de una docena de sacerdotes, monseñor Rolando Álvarez, obispo de la Diócesis de Matagalpa y administrador apostólico de la Diócesis de Estelí, exhortó encarecidamente a la feligresía a «vivir» las eucaristías por medio de las redes sociales, radio y televisión.
Por otra parte, el Observatorio Ciudadano COVID-19 hizo un llamado a los ciudadanos a quedarse en sus casas por el rebrote del virus y celebró la suspensión de actividades religiosas, que podrían derivar en aglomeraciones. El Ministerio de Salud (Minsa) en su reporte semanal del 24 al 31 de agosto reflejó 568 casos positivos, la cifra más alta desde la llegada de la pandemia a Nicaragua en marzo de 2020.
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El equipo multidisciplinario explica que, desde el inicio de la pandemia, las autoridades sanitarias en Nicaragua han evidenciado la falta de voluntad de tomar las medidas necesarias para preservar la salud y la vida de la población nicaragüense, es por eso que se hace urgente que la población civil se organice y se disponga al cuidado colectivo y autogestionado.
El gobierno de Daniel Ortega y Rosario Murillo continúa planificando actividades alrededor del país, la vicepresidenta designada por el Consejo Ejecutivo comunicó que en conmemoración al Bicentenario de Nicaragua, ha programado más de mil actividades a nivel nacional, lo que provoca aglomeraciones y que la población esté más expuesta a contagiarse del virus.