La Coalición Nacional (CN) denunció una serie de ataques sistemáticos del régimen orteguista contra los líderes opositores encarcelados, dirigentes territoriales, medios de comunicación independientes, indígenas, periodistas y la «macabra farsa electoral» que tiene preparada la dictadura para el próximo siete de noviembre de 2021.
El grupo opositor explicó que la dictadura orteguista quiere silenciar la voz de periodistas y medios de comunicación independientes y siguen en el «ojo del huracán de la persecución política» de la pareja dictatorial. «Quieren… que el pueblo de Nicaragua quede desinformado a merced de los canales y medios panfletarios de los que el régimen se ha adueñado y ha intentado vender una imagen de progreso y desarrollo, que solo ha llegado a unos cuantos nicaragüenses, especialmente a todos aquellos serviles de la dictadura, que han amasado fortunas bajo medios ilícitos y corruptos», indican.
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La CN también denunció que la cifra de presos políticos va en aumento por la reciente embestida del régimen contra la oposición. Las estadísticas señalan que 155 personas presas políticas están encarceladas por denunciar las violaciones a los derechos humanos y elevar su voz contra la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
«Exigimos que, bajo el principio del respeto a los convenios internacionales, de la cual Nicaragua es firmante, la dictadura acate la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y ponga en libertad inmediata a los dirigentes políticos y gremiales: Tamara Dávila Rivas, Juan Sebastián Chamorro, José Adán Aguerri, Violeta Granera y Félix Maradiaga», señala la CN.
El grupo opositor asegura que continuará exigiendo verdaderas elecciones libres y competitivas, con los requisitos demandados por la comunidad democrática internacional. También la inmediata liberación de los presos políticos que hoy «son víctimas de aislamiento, tratos inhumanos y degradantes, pésima atención médica y sometidos a los riesgos del COVID-19 ante la indolencia de las autoridades carcelarias y gubernamentales».
«Siete precandidatos encarcelados arbitrariamente, decenas de periodistas en el exilio, miles de nicaragüenses huyendo en las ciudades y el campo de Nicaragua, junto a los 155 presos políticos, nos muestran una Nicaragua en la que existe un proceso electoral viciado e ilegítimo, el derecho a elegir y ser electos no existe en Nicaragua, por tanto, lo que resulte de este proceso ya ha sido señalado por la comunidad internacional y por el pueblo de Nicaragua como una macabra farsa electoral», afirmó.