El obispo de la Diócesis de Matagalpa, monseñor Rolando Álvarez, llamó a la ciudadanía nicaragüense a cuidarse ante el aumento de casos y muertes por COVID-19. El jerarca asegura que «el pueblo está cayendo, víctima de la pandemia». La Iglesia católica se mantiene alerta y tomando medidas ante el repunte de infectados por el virus.
«El virus y el contagio están totalmente descontrolados. Es una real vorágine. El pueblo está cayendo víctima de la pandemia. Dios nos ama, cuidémonos. Solo Dios y el pueblo nos podemos cuidar. Aquí nuevamente, hay quienes brillan, pero por su ausencia», subraya el obispo por medio de un tuit.
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No es la primera vez en estas últimas semanas que el también administrador apostólico de la Diócesis de Estelí eleva su voz para reiterar sobre la gravedad de la situación que vive Nicaragua producto de la pandemia. La iglesia se encuentra tomando una serie de medidas ante los recientes fallecimientos de sacerdotes a nivel nacional. Hasta el momento, esa institución da cuentas de 13 sacerdotes que han muerto a causa del COVID-19. Tres permanecen seriamente afectados.
El cardenal Leopoldo Brenes no descarta la posibilidad de que se cancelen las misas con presencia de feligreses y retornar a las transmisiones virtuales por medio de los medios de comunicación católicos. «Yo les digo a los padres que se haga la consulta a cada uno de los sacerdotes cómo estamos en las parroquias y si tenemos que limitarlas, pues lo haremos, porque lo primerito es la salud», expresó el arzobispo de Managua en una entrevista a Noticias 12.
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En distintas iglesias católicas, los sacerdotes han considerado cambiar horarios y reforzar las medidas de seguridad. Recientemente la parroquia Sagrado Corazón de Jesús, de Ticuantepe, emitió un comunicado titulado: «Los casos están en aumento», en el que informan sobre la modificación de horarios, suspensión de confesiones, no se celebrarán misas de cuerpo presente ni se realizarán las visitas de enfermos hasta nuevo aviso.
El Ministerio de Salud en su informe semanal correspondiente a este martes, 24 de agosto, anunció la cifra más alta de contagios desde el primer caso en el país con 495 casos de COVID-19 en el país. Aunque estas cifran han sido cuestionadas por «falta de realismo», evidencian la situación de crisis ante el virus que vive Nicaragua. Siguen sin dar información sobre la existencia de variantes en el país.