La Comisión de Justicia y Paz de la Arquidiócesis de Managua, que dirige el arzobispo Leopoldo Brenes, emitió este diez de agosto un comunicado que reitera que no existen condiciones para que las elecciones generales del siete de noviembre de 2021 sean consideradas como «democráticas».
«Los sucesos políticos que se han venido dando en el país durante los últimos meses han generado entre la población sentimientos de frustración, impotencia y dolor; porque en un año electoral se ha producido la encarcelación de precandidatos y candidatos a la Presidencia y la Vicepresidencia de la República; así como de dirigentes y activistas políticos y periodistas», enumera la Iglesia en el mensaje publicado este martes, que es día feriado en la capital debido a la conclusión de las fiestas en honor a Santo Domingo de Guzmán.
El mensaje pastoral también constata que existe un incremento de los ataques en contra de los obispos y sacerdotes católicos por parte de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo; la pareja presidencial en sus últimas intervenciones ha vociferado contra la Iglesia debido a la postura crítica de la jerarquía católica respecto al régimen.
Noticia relacionada: Mauricio Díaz, directivo de CxL, secuestrado por la Policía tras ser interrogado en la Fiscalía por «dar opiniones»
«A lo que se suman las amenazas a nuestra Iglesia católica, ofensas a sus sacerdotes y obispos, limitaciones de visas o la residencia de sacerdotes extranjeros, hostigamientos a feligreses laicos y otras acciones ilegales e intimidantes», denuncia la Arquidiócesis de Managua.
Oposición «forzosamente» excluida de la contienda
La Arquidiócesis remarca que el actual proceso electoral convocado por la dictadura orteguista se vive con «temor e incertidumbre» debido a que la oposición política ha sido excluida de participar, por lo que no se pueden considerar un proceso «democrático».
«El pueblo nicaragüense, que tiene derecho a optar por diferentes opciones políticas, se encuentra impedido de expresar sus simpatías votando en las elecciones de noviembre para elegir a las máximas autoridades del país, porque los candidatos de la oposición han sido forzosamente excluidos de la contienda al privarlos de libertad y quitarles sus derechos ciudadanos» , puntualizó la Iglesia al referirse a los más de 30 presos políticos que han sido encarcelados en meses recientes encarcelados bajo procesos legales plagados de ilegalidades, según denuncias de organismos defensores de derechos humanos.
La Iglesia subraya que las elecciones generales de noviembre carecen de condiciones para ser consideradas justas, libres y democráticas. «El proceso electoral que debería ser una fiesta cívica se vive con temor e incertidumbre porque no existen condiciones para unas elecciones democráticas», subraya el comunicado de la Arquidiócesis de Managua.
Nueva ola de contagios y migraciones
La Iglesia también pone su foco en el creciente número de casos de COVID-19 que vive el país. «El sufrimiento del pueblo se ve agravado por nuevas olas de contagio de la pandemia que sigue causando muertes, hospitalizaciones y restricciones a la normalidad; lo cual obliga a actuar responsablemente guardando las medidas sanitarias necesarias», exhorta la Iglesia, en una crítica velada hacia la estrategia de la dictadura que ha seguido promoviendo actividades masivas de concentración de personas, lo que favorece la propagación del virus.
Noticia relacionada: Murillo llama «intromisorios, injerencistas e irrespetuosos» a México, Costa Rica, Argentina y Colombia
Sobre la migración, la jerarquía católica de Managua lamenta que sean los jóvenes quienes cada vez con mayor frecuencia ven la posibilidad de salir de Nicaragua ante el panorama incierto que vive el país. «Nos duele la nueva ola de migración de nicaragüenses, en su mayoría jóvenes, que se ven forzados a abandonar su patria por la inseguridad, el desempleo, la incertidumbre sobre el futuro del país», señala el mensaje eclesial.
Obispos advierten peligro por «partido único»
En 2016, tras la expulsión de los diputados opositores de la Asamblea Nacional por parte del oficialismo, los obispos de Nicaragua advirtieron que no era sano para la sociedad nicaragüense la instauración de un partido único y recordaron que una decisión de esa magnitud tendría consecuencias.
«En sintonía con la doctrina social de la Iglesia, ‘apreciamos el sistema de la democracia, en la medida en que asegura la participación de los ciudadanos en las opciones políticas y garantiza a los gobernados la posibilidad de elegir y controlar a sus propios gobernantes, o bien la de sustituirlos oportunamente de manera pacífica’. Todo intento por crear condiciones para la implantación de un régimen de partido único en donde desaparezca la pluralidad ideológica y de partidos políticos es nocivo para el país, desde el punto de vista social, económico y político. Es posible vivir en armonía y tolerancia aún en medio de una sana diversidad social y política que enriquezca en todos los ámbitos a la nación», expresaba el comunicado de los obispos en junio de ese año.