El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva, uno de los líderes de la izquierda en Latinoamérica, criticó al actual mandatario de Nicaragua, Daniel Ortega, que busca reelegirse en el poder por cuarto periodo consecutivo acompañado con su esposa, la vicepresidenta, primera dama y vocera gubernamental Rosario Murillo. Lula da Silva le sugirió a Ortega que una «alternabilidad» en el Gobierno vendría bien en el país.
«Yo le decía a (Hugo) Chávez, le decía a (Álvaro) Uribe, que toda vez que un gobernante se empieza a creer insustituible, toda vez que un gobernante se empieza a creer imprescindible surge un poco de dictadura en ese país», expresó en una entrevista con la periodista mexicana Sabina Berman.
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Además, le sugirió que «no abandone la democracia. No deje de defender la libertad de prensa, de comunicación, de expresión, porque eso es lo que fortalece a la democracia». El Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) nunca ha tenido otro candidato presidencial o secretario general que no sea Ortega, dijo entre líneas.
El brasileño, que ostentó la Presidencia de Brasil desde 2003 hasta 2010, aseguró que tiene aproximadamente una década de no comunicarse con Ortega. «Hace diez años que yo no tengo contacto con Nicaragua, no sé muy bien lo que está sucediendo en Nicaragua, pero tengo informaciones de que las cosas no están nada bien allá», expresó el expresidente.
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«Para Nicaragua, una alternabilidad en el gobierno sería buena. No es importante que alguien se eternice mucho tiempo, tiene que haber relevo para que la sociedad se sienta tranquila. A veces la sociedad elige a alguien mejor, a veces a alguien peor. No hay problema, son errores que la sociedad puede cometer, pero es solamente la sociedad la que puede permitir un ejercicio pleno y libre de la democracia», aseguró Lula.
Da Silva durante su segundo periodo gobernando Brasil contaba con el 87% de aprobación. Un amplio grupo pujaba por un tercer mandato a su cargo, pero decidió rechazarlo, porque «yo soy favorable a que se alternen los poderes». Además, recordó que cuando «uno piensa que no hay nada que pueda reemplazarnos, eso significa que nos estamos transformando en dictadura», en referencia a la línea que siguen algunos regímenes instaurados en Latinoamérica.

El 28 de enero de 2014, la Asamblea Nacional de Nicaragua, controlada por el Frente Sandinista, aprobó una reforma a la Constitución que desde entonces ha garantizado la reelección indefinida para Daniel Ortega, que gobierna desde el 2007 de forma consecutiva y va por su cuarto mandato consecutivo en la Presidencia del país.
Esa reelección pretende lograr limpiando el camino de quienes critican y cuestionan su forma de gobernar. Actualmente, mantiene «secuestrados» a más de 130 opositores, con leyes preparadas por su administración. Las futuras elecciones se programan bajo un clima de inestabilidad y represión; están programas para el siete de noviembre de 2021.