El Ejército de Nicaragua informó este viernes, nueve de julio, de otro cuantioso quiebre de drogas en el occidente del país y, nuevamente, como ha ocurrido en múltiples ocasiones, supuestamente los narcotraficantes se dieron a la fuga, pese a decir que cumplen con eficiencia su papel de «muro de contención» contra el narcotráfico internacional.
En una nota de prensa divulgada a través de los medios de la propaganda gubernamental, la institución militar, subordinada directamente al dictador Daniel Ortega, informa que efectivos del segundo Comando Militar Regional (Occidente) interceptaron un vehículo donde era transportada la sustancia prohibida pero que los ocupantes del automotor, al verlos se dieron a la fuga. La versión militar resulta «inverosímil» pues las tropas del Ejército son conocidas por la alta preparación militar y experiencia para dar persecución a personas, en condiciones extremas y con más facilidad en terrenos regulares.
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«En cumplimiento a la Estrategia de Estado «Muro de Contención» y del Plan de Protección de las Fronteras Estatales, a través del Segundo Comando Militar Regional, el 8 de julio de 2021, durante un retén militar, ubicado en el kilómetro 124 de la carretera a Chinandega, realizaron la incautación de 489 paquetes rectangulares de cocaína, que eran transportados en una camioneta placa CH 36346. Los ocupantes (del vehículo), al darse cuenta de la presencia militar, se dieron a la fuga», dice el escueto parte militar.
La información hecha pública no especifica si el vehículo fue encontrado abandonado o le hicieron el alto. No obstante, del mismo parte oficial se desprende que los militares estaban en un retén, por tanto pudieron hacerle el alto a la camioneta cuando ya estaba a corta distancia y esa es la razón por lo que la supuesta fuga de los ocupantes del automotor resulta sospechosa.
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Agrega la nota de prensa castrense que «la droga y el vehículo, fueron entregados a las autoridades correspondientes» y no da mayores detalles del operativo antinarcóticos donde fue decomisada casi media tonelada de cocaína, tampoco ahonda si los soldados, entrenados para largas caminatas, emprendieron algún operativo de persecución de los delincuentes, supuestamente en fuga. Finalmente describen que durante la incautación se emplearon fuerzas y medios pero no dicen cuántos ni de qué tipo. En las fotografías difundidas se muestran a más de seis uniformados con perros, que se presume estarían entrenados para perseguir a los delincuentes, pero tampoco se sabe qué falló en el olfato de los caninos.
Tanto el Ejército como la Policía, ambos cuerpos armados al servicio de la dictadura Ortega-Murillo, informan continuamente sobre operativos de incautación de grandes cargamentos de droga o millonarias sumas de dinero proveniente del narcotráfico internacional y en la mayoría de los casos reportan que no hay delincuentes capturados.
