En la sesión de este martes, seis de julio, diputados del Parlamento Europeo debatieron sobre la situación actual que vive Nicaragua, tras la ola de represión ejecutada por el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo. Los parlamentarios coincidieron en que la administración orteguista está encaminándose a una dictadura y la compararon con la de Nicolás Maduro, en Venezuela.
Uno de los diputados más incisivos y que exigió «mano dura» para la dictadura de Ortega y Murillo, fe el diputado al Parlamento Europeo José Ramón Bauzá, quien se dirigió al Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Josep Borrell y expresó que desde hace nueve meses advirtió «que ni Ortega ni Murillo tenían la menor intención de negociar».
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«Su único objetivo (de Daniel Ortega) es simplemente atrincherarse en el poder. Ha pasado casi un año y lo que nos temíamos se ha transformado en una nueva realidad y Ortega lo que ha hecho es directamente lanzar una ofensiva total contra el pueblo de Nicaragua, y cada día nos despertamos con nuevas detenciones de líderes de la oposición, de periodistas o simplemente de miembros de la sociedad civil», lamentó.
Bauzá se dirigió nuevamente a Borrell y le preguntó que «¿qué espera la Unión Europea para reaccionar? ¿A qué espera usted mismo para reaccionar? ¿De qué les serviría a los nicaragüenses tener unas sanciones aplicadas en el mes de noviembre si ya se ha consumado el fraude electoral?».
«Y por eso mismo señor Borrell, yo le repito todo aquello que llevo exigiéndole el último año, sanciones efectivas contra Ortega y contra Murillo y toda su banda criminal, liberación de los presos políticos, el no reconocimiento al fraude electoral y finalmente la activación inmediata de la cláusula democrática del acuerdo de asociación», demandó.
Según el eurodiputado, si no se frenan las acciones represivas de la dictadura orteguista, Nicaragua se estaría convirtiendo en un régimen dictatorial o peor que el que vive Venezuela, «bajo la bota» del dictadora Nicolás Maduro. «Todo eso ya lo hemos advertido, y simplemente, uno de los máximos responsables, en el caso de no actuar será nuestro máximo representante, así que le pedimos acciones inmediatas para la libertad de Nicaragua».
«En Nicaragua ya no queda nada de revolución»
Por su parte, el eurodiputado Jordi Solé señaló que en Nicaragua ya no queda nada de revolución, mucho menos de democracia, «solo quedan ideales traicionados y un régimen cada vez más autoritario que extiende el medio y la represión para asegurarse la supervivencia en el poder y claro, los beneficios económicos ello conlleva».
Además, refirió que la última estrategia del dictador Daniel Ortega es «reventar las elecciones de noviembre, deteniendo a candidatos para que nada ni nadie ponga en peligro la cuarta reelección de Ortega y Murillo, nada que no fuera predecible, viendo la deriva dictatorial de los últimos años».
UNAB sigue considerando como «desaparecidos» a los precandidatos que no han sido vistos por sus familiares y abogados. Foto: Artículo 66.
Solé recordó que la represión desatada en 2018 en contra de universitarios, líderes campesinos y la sociedad civil dejó más de 300 muertos, miles de exiliados, cientos de presos políticos «y tras el fracaso del diálogo de paz, vinieron las leyes a medida para reducir los espacios de la sociedad civil, alterar normas electorales, intimidar, perseguir a la oposición…»
Para el diputado Miguel Urban Crespo, Daniel Ortega «ha construido una estructura institucional que legítima la represión, la criminalización de la protesta y la detención arbitraria de voces críticas frente a esta escalada autoritaria».
«Hace dos semanas se ha producido la detención de Dora María Téllez, de Hugo Torres, de Víctor Hugo Tinoco, Ana Margarita Vijl, Suyen Barahona y Támara Dávila (…) contra los que Ortega se ha ensañado de manera especial. «¿qué espera la Unión Europea para reaccionar? el día de hoy nadie ha podido verlos. Exigimos el cese a la represión y la liberación de los presos y presas políticos», y agregó que «la supuesta retórica antimperialista no engaña a nadie, del proyecto sandinista no queda nada en el Gobierno de Nicaragua».