La libertad de prensa en Nicaragua ha experimentado un «franco deterioro» desde abril de 2018 con la permanente persecución, asedio y la aprobación de leyes que limitan y criminalizan la labor periodística, señala el informe de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) publicado este martes, 27 de abril.
«A tres años de las protestas, la situación de libertad de prensa y la situación política del país han empeorado. En noviembre habrá elecciones presidenciales y legislativas y no se espera que sean limpias ni justas», advierte la organización.
El informe indica que el régimen de Daniel Ortega continúa asediando y persiguiendo a los periodistas independientes en Nicaragua, y permanecen cerrados medios confiscados desde 2018.

Sumado a ello, a finales de 2020 fueron aprobadas tres leyes que «coartan la libertad de asociación y el financiamiento de organizaciones y medios independientes; y criminalizan el trabajo periodístico, a través de las redes sociales e internet, con penas de dos a cuatro años de cárcel», manifiestan los miembros, en referencia a la Ley de Ciberdelitos, de Agentes Extranjeros y la instauración de la cadena perpetua.
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Subrayan que, «pese a que Ortega enfrenta un ultimátum de la Organización de Estados Americanos (OEA) para hacer reformas democráticas al sistema electoral, nada indica que las elecciones serán libres» porque continúa el estado de sitio, no permiten que un ciudadano pueda portar la bandera nacional y la Comisión para Asuntos Electorales de la Asamblea Nacional solo da espacio al partido gobernante FSLN y colaboracionistas para posibles reformas electorales.
El informe sobre Nicaragua fue presentado en la Reunión de Medio Año de la SIP, celebrada del 20 al 23 de abril, a su vez, la organización también emitió una resolución sobre «No injerencia y libertad de asociación» que, entre otros, incluye el caso de Nicaragua.