Román «Chocolatito» González se enfrentará el sábado, 13 de marzo en el American Airlines Center de Dallas, Texas, ante el pugilista mexicano Juan Francisco «Gallo» Estrada por la unificación de sus títulos mundiales de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) en peso Supermosca. Esta sería la revancha que buscaba el boxeador azteca, luego de haber sido derrotado por el pinolero, el 17 de noviembre de 2012, en una polémica decisión en 12 rounds.
Además de medirse contra un rival fuerte, González subirá al cuadrilátero con un sobrepeso de críticas de miles de nicaragüenses que le reclaman su firme fanatismo al régimen de Daniel Ortega, señalado de crímenes de lesa humanidad en contra de más de 300 ciudadanos en las protestas sociales de 2018; además de su «admiración» y respeto a la Policía, órgano represor utilizado por la dictadura.
En todas las peleas, Román González luce los colores del partido Frente Sandinista y actualmente usa la gorra de la Policía orteguista. También es seguro que después de sus triunfos su primer agradecimiento no es a Dios, a como solía hacerlo, sino «a la compañera Rosario y al comandante Daniel Ortega», lo que ha causado la indignación de opositores y víctimas de la mano del régimen.
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«El chocolate es cómplice del genocidio, hace campaña a favor de la dictadura por eso el rechazo, ahora si por ser campeón de boxeo le justificas esa complicidad y lo enaltecen por su desempeño en el boxeo, entonces están mal ya que justificar su mal actuar», expresó una usuaria de Facebook identificada como Karla Rostrán
Otro usuario de nombre Dennis Delgado señaló que «la batalla más grande de «El Chocolate» no es contra otro rival en el cuadrilátero, sino que es contra el país acribillado por su ídolo, una lucha muy desigual pero también muy cívica, cosas que jamás entenderán el chocolate ni su ídolo (Daniel) Ortega».
«A Román no le importan las críticas»
Por su parte, el cronista deportivo Miguel Mendoza afirma que a Román González no le importa ser criticado por los nicaragüenses, porque «él se representa a sí mismo y al gobierno, pero que represente a la gente lastimada, no creo que los represente».
Sin embargo, el periodista deportivo aseveró que «Román está en todo su derecho de creer en lo que él cree, de hacerle propaganda a quien le hace, de vestirse a como lo hace, pero también la gente tiene derecho a estar en contra de él, porque es un símbolo de este gobierno».
En cuanto a la pelea del sábado, Mendoza escribió un artículo de opinión, publicado en el medio de comunicación Confidencial, donde menciona que «la pelea debería estar despertando interés nacional por varias razones. Primero, a los nicas nos encanta el boxeo; segundo, vamos hasta el límite con nuestras figuras deportivas; tercero, solo un pugilista pinolero (Mayorga a Forrest) ha ganado una unificación, o sea podría ser histórico; cuarto, pocas veces un atleta pinolero se toma un escenario mundial en busca de ser el mejor en su oficio», sin embargo el mismo cronista afirmó a Artículo 66, que en Nicaragua, el «Chocolate tiene más detractores y personas que lo quieren ver perder que fanáticos que lo apoyan».
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Quién ganará el sábado, es una moneda que aún está en el aire, pero para Miguel Mendoza, «el Gallo» Estrada es el favorito para alcanzarse con los títulos y quedarse con los títulos unificados, «primero ha tenido una mejor preparación, ha tenido mejores rivales y viene de ganarle a Carlos Cuadra en una muy buena pelea; pero no se descarta que sea una buena exhibición boxística».
Ojala le quiten lo hablador para que le.duela…ya micho dano ha hecho
Todos sabemos que este pobre diablo está pagando el favor de que convirtieran Cocaína en Talco para sacar de la cárcel a su hermano. Lo que aquí procede o preguntémosno si cuando el régimen caiga y sean procesados por Crímenesde lesa humanidad este colaborador puede ser acusado de cómplice de crímenes de lesa humanidad. Aquí hay tráfico de influencia y soborno a la polisilla para falsear evidencias.
Si tiene derecho a seguir un partido político tiene derecho a equivocarse.