Diego Donaldo Solórzano Pérez, hermano del obispo de Granada Jorge Solórzano, murió como consecuencia de heridas de balas que le provocaron dos sujetos que se movilizaban en una motociclista y que lo interceptaron la mañana de este lunes, 11 de enero, justo cuando llegaba a su empresa de venta de extintores en el barrio Monseñor Lezcano, de Managua.
Según contó a medios de comunicación, Isabel Cristina Solórzano, hija del empresario asesinado, su padre estaba arribando a su compañía Isa Safety Comercial (antigua Solórzano Industrial), que está ubicada de los semáforos de Linda Vista dos cuadras al sur, dos arriba y media abajo. El el momento que Solorzano se bajaba de su vehículo, los dos tipos se acercaron y sin mediar palabras ni mayores acciones que el uso del arma de fuego le dispararon a corta distancia y huyeron velozmente.
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Inmediatamente, Solórzano Pérez, de 75 año, fue trasladado por otras personas al Hospital Antonio Lenín Fonseca, donde falleció poco tiempo después de su ingreso debido a la gravedad de las heridas provocadas por las balas que le perforaron el pecho.
Versiones divulgadas a través de varios medios de comunicación, aseguran que uno de los motorizados disparó varias veces. La Policía del régimen llegó tiempo después al lugar del suceso para realizar investigaciones. Hasta el momento del cierre de esta nota no se conoce ninguna versión policial sobre las posibles causas hecho, lo que sí ha circulado en redes sociales es la versión de trabajadores y familiares que aseguran que al empresario no le robaron nada.

Tras conocerse de la muerte del empresario Solorzano, la Diócesis de Granada publicó en su página oficial de Facebook una nota luctuosa. «El clero de la Diócesis de Granada expresa sus más sentidas condolencias a nuestro obispo y pastor monseñor Jorge Solórzano por el sensible fallecimiento de su hermano, el Sr. Donaldo Solórzano Pérez».
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Pese a la numerosa presencia policial en muchos puntos de la capital, Managua se ha convertido en una ciudad cada vez más insegura. Organismos de derechos humanos y organizaciones civiles han hecho notar que el régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo ha destinado mayor fuerza policial para asediar, perseguir y reprimir a la oposición que para combatir y prevenir la delincuencia.
El 19 de julio del 2020, un fanático sandinista, señalado de ser paramilitar, y que portaba un arma de fuego que no estaba legalizada, le disparó a quemarropa en la cabeza al ciudadano José Rugama Rizo porque gritó: «¡Viva Nicaragua libre!». El autor del disparo, Abner Pineda Castellón, está libre luego que la justicia sandinista lo beneficiara tipificando el crimen como homicidio imprudente.
Asimismo, el pasado 23 de diciembre el cubano Henry Sotolongo Pedraza, de 40 años, fue asesinado de un disparo en la cabeza cuando compraba en una fritanga del barrio Altagracia. Los pistoleros también se movilizaban en una motocicleta y uno de ellos solo se bajó para dispararle en la cabeza.