La nueva administración estadounidense dirigida por el demócrata Joe Biden presionará al régimen de Daniel Ortega desde el inicio y no habrá cambios en la política de ese país con respecto al Gobierno de Nicaragua, aseguran dirigentes opositores de Nicaragua.
El veterano político y miembro de la la Coalición Nacional José Pallais cree que Daniel Ortega se verá obligado a negociar con los demócratas porque no tiene otra salida ante la presión que esa administración va a ejercer desde el 20 de enero para desmontar la dictadura que se ha establecido en Nicaragua.
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«No tengo dudas que Daniel Ortega va a buscar qué negociar (con la nueva administración). Daniel (Ortega) no ha hecho ningún movimiento, ha atrasado todo, ha atrasado la reforma electoral, está endureciendo sus posiciones porque quiere evaluar cómo vienen los demócratas y en dependencia de eso va a actuar, va a reaccionar, va a hacer sus movimientos, va a adecuar su política», sostiene Pallais.
A partir de esas evaluaciones, según el político, no hay «dudas que la presión por apertura democrática, por elecciones libres no va a alterarse de parte de Estados Unidos. Van a tratar de persuadir a Ortega para que entienda que su única alternativa, que lo que le corresponde hacer es por la vía de la Constitución Política de Nicaragua, por los tratados internacionales, Yo veo a Ortega, después de comprobar que los demócratas no van a ser tolerantes con un proyecto dictatorial en Nicaragua, abriéndose a negociación. Ortega está clarísimo que no puede viabilizar un proyecto dictatorial en Centroamérica porque eso no tiene sustento. O negocia o negocia».

El dirigente de la CN opina que inicialmente la administración Biden va a expresarse en apoyo a la última resolución de la OEA, y al rol que puede jugar esa instancia regional en la recuperación de la democracia en Nicaragua. «No esperamos cambios sustanciales, por cuanto el Partido Demócrata ha venido respaldando las decisiones bipartidistas en apoyo a la lucha por recuperar la democracia en Nicaragua. Los demócratas han tenido un mayor compromiso e involucramiento con los derechos humanos. Han tenido un compromiso más claro que los republicanos».
Por su parte, el dirigente de la Unidad Nacional Azul y Blanco (UNAB) y también miembro de la la CN, Félix Maradiaga, asegura que las primeras acciones de la administración Biden-Harris se manifestarán a través de mensajes diplomáticos muy claros al régimen, indicando que no habrá una flexibilización de las medidas de presión tomadas en la administración anterior.
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«De acuerdo con lo que hemos escuchado de parte de personeros del presidente electo (Joseph) Biden, no habrá marcha atrás con relación al compromiso de Estados Unidos de ayudar a que exista en Nicaragua una transición pacífica hacia la democracia. A la par de esos mensajes, supongo que veremos una actividad muy firme de parte de la misión de Estados Unidos ante la OEA para continuar presionando por reformas electorales», dijo Maradiaga.

Maradiaga también cree que el régimen de Daniel Ortega buscará un acercamiento con el gobierno de Biden. Sin embargo, piensa que no tendrá éxito porque «Ortega se ha quedado sin amigos en Estados Unidos».
«Hemos iniciado acercamientos formales e informales con personeros cercanos a la administración Biden-Harris. En esencia hemos pedido que se mantenga el compromiso con la presión internacional contra las violaciones a los derechos humanos de la ciudadanía nicaragüense. Las respuestas han sido muy favorables. Nos han dicho de que Estados Unidos no variará su compromiso con la defensa de los derechos humanos en Nicaragua», aseguró el miembro de la UNAB que se mantiene recluido en una especie de «casa por cárcel» de hecho, bajo férrea vigilancia policial que no le permite salir de su residencia.
En tanto, la representante de la Coalición Nacional Violeta Granera, al analizar las posibles primeras acciones del nuevo Gobierno de Estados Unidos contra la dictadura de Daniel Ortega, dijo que serían más sanciones y presiones contra los operadores políticos del régimen.
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«Un cambio de administración no cambiará esta política. Pero además, nosotros estamos trabajando para que continúen con rapidez. Igual que nos reunimos con republicanos nos hemos reunido con el equipo del señor Biden desde antes de sus elecciones y con congresistas de ambos partidos. Nuestra responsabilidad es mantener el acompañamiento a la lucha del pueblo de Nicaragua y lograr que ese cambio no detenga las sanciones. Creo que en el primer trimestre podemos esperar nuevas sanciones», aseguró Granera.
La activista opositora detalló que toda la comunidad internacional está enfocada en que se logren cambios en un futuro contexto electoral para mayo 2021, como lo estableció la última resolución de la OEA.

«Ortega está más que claro que su credibilidad a nivel internacional es nula. No creo que le sea posible ningún cambio con relación a los Estados Unidos y a la comunidad internacional mientras no dé muestras concretas de que va a cumplir compromisos como la liberación de los presos y presas políticas y que va a facilitar, con reformas electorales, el respeto al voto ciudadano», indicó al referirse a las posibles elecciones de noviembre próximo.
La representante de la UNAB adelantó que estarán enviando un informe detallado de los últimas leyes «oprobiosas» que ha aprobado la Asamblea Nacional a solicitud de Daniel Ortega. «Estamos, por un lado, manteniendo la denuncia de las violaciones a los derechos humanos y por otro, demandando más presiones y sanciones para lograr arrancarle a Ortega las condiciones para elecciones libres».