Nicaragua continúa ocupando los lugares más bajos en respeto a la libertad de expresión y libertad de prensa en América Latina, encaminada a establecer más restricciones con base en las prácticas represivas de Cuba, Venezuela y Rusia, señalan expertos.
La llamada «troika de la tiranía» ocupa las posiciones rojas en los indicadores sobre Ciudadanía informada y con Libertad de Expresión, Ejercicio del periodismo, Control de medios, y Violencia e impunidad, evaluados en el Índice Chapultepec, herramienta de medición de la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) compartido este jueves, 17 de diciembre, por la Fundación Violeta Barrios de Chamorro (VBCH).
«La región entera no pasa el mejor momento de libertad de expresión y lamentablemente Nicaragua, Cuba y Venezuela aparecen en los últimos de la tabla, en el renglón de países sin libertad de expresión», señaló León Hernández, coordinador de la investigación del Índice Chapultepec.

La administración de Daniel Ortega, reconocida como dictadura por la Organización de Estados Americanos (OEA), alcanzó 16 puntos entre los 19 países analizados, en el periodo evaluado mayo 2019 – abril 2020. «Son evidentes las violaciones, con un altísimo nivel de violencia y agresión hacia los periodistas. Existe un control extremo hacia los medios. La estrategia comunicacional adoptada es la de favorecer solo a los medios afines al régimen y muy agresiva a quienes le adversan», indica el informe.
Tras Nicaragua le siguen Cuba (6.2 puntos de valoración) en el penúltimo lugar con un régimen totalitario, y Venezuela con 3.8 puntos con un dominio institucional que fomenta la descalificación de los medios y persecución a periodistas y ciudadanos que quieran expresarse libremente. «Cuba aparece de último en el ejercicio del periodismo, en violencia e impunidad que tiene que ver con la persecución de profesionales por parte del Estado».
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Hernández advirtió la similitud de la situación de Venezuela y Nicaragua donde «no hay acceso a las sedes oficiales (información pública), hay cercos» y se teje una madeja institucional para hacer más sutil las restricciones.
En los últimos meses, Ortega promulgó la Ley de Regulación de Agentes Extranjeros, Ley Especial de Ciberdelitos y está en proceso la instauración de cadena perpetua para supuestos «crímenes de odio», criticadas por intentar limitar la participación política de opositores, restringir la libertad de prensa y controlar el financiamiento de las Organizaciones No Gubernamentales (ONG).

«No podriamos dudar que los mentores cubanos, rusos y venezolanos están detrás de estas leyes», manifestó Hernández, durante un conversatorio virtual. El periodista relató que, en estos países, se establecen imposiciones arbitrarias como acusaciones por la publicación de algunos contenidos bajo falsos alegatos de «violaciones de secretos de seguridad del Estados». «Apelan a lo formal y a lo informal, con grupos de choque que agreden a periodistas, otras veces hay multas impagables, van asfixiando de tantos procedimientos a los medios que los dejan prácticamente inoperantes. Ha habido estrategia muy similares de unos países a otros», resaltó.
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Ante el proceso electoral en Nicaragua, el investigador describió los «procesos electorales amañados» en el país sudamericano. «La prensa, en la mayoría de los casos, ha seguido teniendo restricciones al acceso a las instancias de auditoría, siguen habiendo grupos de choque que roban los equipos. (En las recientes elecciones legislativas en Venezuela) no hubo una extraordinaria cobertura porque no había ni la pasión del ciudadano para ir a votar, ni las condiciones para una cobertura», señaló.
Los periodistas indepedientes se han establecido como «verdaderos héroes de las libertades públicas. Estamos amenazados por la Ley de Ciberdelitos y Agentes Extranjeros, pero hay que mantenerse firmes porque nadie puede quitarnos nuestro derecho de expresarnos con libertad», manifestó por su parte, Cristiana Chamorro, directora ejecutiva de la Fundación VBCh.