El joven «tiktoker» Kevin Monzón, de 20 años, originario de Managua, se presentó este jueves, cinco de noviembre, a juicio ante la jueza orteguista María Ivethe Pineda Gómez, del juzgado Sexto Local Penal de Managua, por los supuestos delitos de amenazas con arma blanca en contra del cadete de taxi José de la Cruz Usaga, identificado como fanático de la dictadura de Daniel Ortega.
La abogada Yonarqui Martínez, defensora de Monzón, dijo a Artículo 66 que la supuesta víctima declaró que el acusado nunca lo amenazó con un cuchillo, desmintiendo así la acusación de la Fiscalía, quien ha presentado al joven «tiktoker» como un delincuente.
«En su testimonio la víctima expresó que en ningún momento Kevin (Monzón) lo amenazó con un arma, a como aduce el Ministerio Público, lo que sí dijo fue que mi defendido le ofendió. Todas esas declaraciones quedaron grabadas en el acta». Ante esta versión del demandante, la defensora refiere que es un argumento más para catalogar el proceso como caso político, porque el «agredido» declaró que en reiteradas ocasiones había visto a Monzón en las protestas sociales que se realizaban en Catedral de Managua y en la Universidad Centroamericana (UCA).
Noticia relacionada: Reprograman juicio en contra del joven «tiktoker» Kevin Monzón
Para Martínez, esas declaraciones y las de los oficiales de la Policía orteguista, que han comparecido como testigos son contradictorias, por lo que la judicial debe dictar un fallo de no culpabilidad, en caso contrario «es porque los jueces no están haciendo lo que la ley les exige, que es fallar conforme a derecho».
«Las protestas no se callan hasta que el dictador se vaya»
Por su parte, Kevin Monzón expresó que las verdaderas razones por las que se le está «montando» un proceso judicial, es por expresare en redes sociales en contra de la dictadura de Daniel Ortega. «Al régimen no le gusta lo que yo publico, por eso estoy haciendo acto de presencia para probar mi inocencia».
El tiktoker también señaló las contradicciones entre los testigos que presentó la Fiscalía y la supuesta víctima. «Los dos policías que llevó la Fiscalía dicen que yo amenacé al señor Usaga con un cuchillo, pero la misma víctima dice que yo no lo hice, al parecer todo está alborotado, porque se contradicen ellos mismos».
Monzón explicó que José de la Cruz Usaga, quien trabaja como cadete de taxi, lo entregó a las autoridades policiales cuando abordó el vehículo que la supuestamente víctima conduce. «Es una gran injusticia que se está cometiendo conmigo, porque aquí la víctima soy yo, ahora quieren meterme un delito falso para quererme callar».
En cuanto a su protesta cívica en redes sociales, Kevin Monzón dijo que continúa publicando en redes sociales denunciando las arbitrariedades de la dictadura de Daniel Ortega. «Las redes no se callan hasta que el dictador se vaya, yo seguiré publicando porque es mi derecho hacerlo, el régimen no nos paga el internet para que no opinemos».
Reprograman juicio
Yonarqui Martínez informó que la juez María Ivethe Pineda Gómez suspendió la audiencia de juicio y la reprogramó para el 11 de noviembre debido a que otro de los testigos en contra de Kevin Monzón no se presentó.
Noticia relacionada: Joven tiktoker salió desafiante del juzgado: “No me van a callar”
«Lamentablemente el juicio no pudo culminar porque el Ministerio Público no tiene las pruebas en su totalidad y aduce que al no tener todas las pruebas no tiene argumentos». Ante esto, la defensora refirió a este medio de comunicación que será la última vez que aceptan reprogramación. «Si hay una tercera ocasión que la Fiscalía solicita reprogramación, solicitaré una clausura anticipada por falta de pruebas».

La defensora de derechos humanos explicó que de declarar culpable al «tiktoker» Kevin Monzón, la pena sería de un año por el delito de amenaza con arma blanca. Monzón ha sido dos veces secuestrado por la Policía de Daniel Ortega. La primera ocasión fue en 2019. Estuvo siete días en los calabozos de la Dirección de Auxilio Judicial en Managua. Luego, el 31 de julio de 2020, fue recapturado y estuvo ocho días en el distrito uno de la Policía. «Los policías me decían que yo era un delincuente, un cochón, pero la realidad es que soy inocente y que lo único que he hecho es demandar justicia y libertad», concluyó el acusado.