Patrullas policiales estacionadas frente a su vivienda, vigilancia permanente y amenazas de cárcel son algunos de los abusos del régimen de Daniel Ortega en contra de la familia Miranda Aburto en Nandaime, Granada.
La familia, integrada por reconocidos periodistas y políticos de oposición, denunció a través de las redes sociales que en la última semana, efectivos antidisturbios de la Policía se apostaron frente a la casa, desde donde los fotografiaron y tomaron video. «Si salimos a un restaurante, no tardamos diez, ni quince minutos cuando ellos ya están ahí, me imagino que nos mantienen vigilados. El acecho es constante», indicó Wilfredo Miranda Zavala, padre del periodista Wilfredo Miranda Aburto.
Agregó que el viernes fue la última vez que llegaron, sin embargo, el hostigamiento ha aumentado al presentarse cada dos días al sector; incluso, se colocan frente a la puerta de la vivienda, bajo advertencia de no dejarlos salir. «Me amenazó el domingo pasado, el jefe de la policía (Henry), me gritó que “ahí me venía a traer”. La comisionada anterior siempre estaba mandando razones (de apresarlo), y yo le contesté que si tenían algún problema conmigo, que me citaran», relató Miranda Zavala.
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Las acciones gubernamentales en contra de opositores son persistentes, no obstante en las últimas semanas la situación se ha recrudecido, provocando una ola de denuncias por parte de exreos políticos, activistas, defensores de derechos humanos, empresarios, entre otros afectados.
«Siempre nos asedian. Estoy totalmente consciente de que ese es el miedo (organizarnos) porque cada vez que nosotros salimos, si vamos a algún lado ahí están pendientes qué es lo que hacemos, para dónde nos movemos», dijo Miranda a Artículo 66.
«Yo no tomo ninguna medida porque yo no les tengo miedo. No ando haciendo nada malo. El hecho de que yo opine en contra del gobierno, eso no me hace ser un delincuente. Siempre voy a opinar en contra del gobierno. Yo no me voy a retractar de lo que digo y lo que pienso. Me tiene sin cuidado», manifestó.
Son cobardes, delincuentes que se esconden detrás del uniforme. Son unas hienas que solo dicen Si por no perder el hueso. Su fin está cerca
Hay que identificar muy bien a todos esos guardias criminales, paraque en su momento llevarlos a la justicia porque esos guardias son criminales uniformados, arriba nandaime a organizarse sin temor a la dictadura ni a la guardia ni a los paramilitares.