El dictador de Nicaragua, Daniel Ortega, reconoció el fallecimiento de médicos en el país a causa del COVID-19, aunque no preciso las cifras exactas. Ortega compareció este miércoles, 19 de julio, en el acto de conmemoración del 41 aniversario, del cuerpo médico militar del Ejército de Nicaragua, y estuvo acompañado de la vicepresidenta Rosario Murillo, el sancionado jefe de la institución castrense Julio César Avilés, el mayor general Bayardo Ruiz, y el inspector general Marvin Corrales.
«Se hizo un sobreesfuerzo y se sigue haciendo un sobreesfuerzo, tensionando al máximo; falleciendo algunos hermanos médicos también, como efecto del virus. Porque indiscutiblemente el médico está metido ahí, donde está el peligro, dónde está el riesgo, y no ha habido Médico que titubee, o Médico que diga, yo no voy a atender, sino que ha habido una gran firmeza», manifestó Ortega, sin dar detalles o estadísticas.
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Meses después de ignorar la gravedad de la pandemia del coronavirus, el dictador aseveró que «es la fecha y todavía se siente que hay una enorme presión, un enorme desafío, frente a una pandemia que tiene un impacto totalmente global, que no se circunscribe a un territorio, que no se limita a una región o a un continente que no se limita a provocar dolencias y la muerte de algunos pacientes, sino también por el pánico que ha sembrado».
Ortega culpa a EE.UU por la pandemia del COVID-19
Ortega como es costumbre aprovechó su intervención para arremeter en contra de Estados Unidos y lo culpó por la pandemia. «Pero es que este es un virus que atacó, apareció, donde parecía que el mundo, visto desde lo que es el espejo, el señuelo, la fantasía del mundo capitalista en procesos de globalización, lanzándose a aventuras militares contra países en vías de desarrollo (…) bombardeando a países», mencionó.
También dijo que «el mundo (antes de virus) era perfecto para los capitalistas, para el capitalismo, para el imperialismo, el mundo perfecto, porque ellos estaban dominando a sus anchas y unían fuerzas cuando les interesaba destruir un proyecto social y revolucionario».


Además el dictador reconoció que «este virus sembró tal pánico, sí, sembró tal pánico, donde podríamos decir que ahí se acumuló todo el pánico que ellos habían sembrado en otros tiempos, a tal grado que paralizó la economía, paralizó el comercio, mandó a todo el mundo a encerrarse en su casa, a hacer la del avestruz».
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El mandatario además criticó el sistema de Salud norteamericano y afirmó que «en lugar de estar invirtiendo en bombas atómicas que de poco sirven en ataques como estos, hay que invertir también en hospitales, en puestos de salud(…) los países capitalistas se encuentran todavía pasando grandes dificultades para contar con suficientes instrumentos para auxiliar a las personas que se encuentran en estado crítico. ¡No los tienen! Pero es que peor aún, no tienen suficientes camas para colocar a los pacientes que ya demandan atención hospitalaria frente a este virus».