No habían pasado 24 horas del atentado en Catedral de Managua, cuando el sábado, primero de agosto, delincuentes entraron a la capilla Santa Lucía, ubicada en el barrio Paraísito, de Managua. Forzaron los portones y robaron algunos artículos religiosos.
Luego, el domingo, dos de agosto, un sujeto irrumpió en la parroquia Santa Rosa de Lima, en el municipio de Santa Rosa del Peñón, de la Diócesis de León, lanzando una piedra que quebró la urna del Cristo Yacente y luego se regresó y tiró otro artefacto hacia el presbítero Gelvin Vega, que se encontraba oficiando la misa. Este hecho quedó captado en la cámara que grababa el acto litúrgico.
Se conoce de manera extraoficial que los feligreses que se encontraban en la parroquia lograron neutralizar al hombre y lo entregaron a las autoridades de la Policía del municipio de Santa Rosa del Peñón. Las autoridades eclesiásticas informaron que interpondrán cargos contra el sujeto.
Asedio en la iglesia San Juan Bautista de Masaya
Ese mismo día, denunciaron que al menos ocho efectivos de la Dirección de Operaciones Especiales de la Policía (DOEP), en contubernio con paramilitares, asediaron por más de una hora la Iglesia San Juan Bautista, en Masaya.
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Señalaron que los oficiales del régimen, portando AKA-47, estuvieron en la esquina norte y cerca del portón principal del templo. “Si están allí es por algo, ojalá que no haya otro incendio con veladoras”, dijo un usuario de las redes sociales de Facebook.
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No es la primera vez que la Policía del régimen y paramilitares asedian este templo religioso. En julio de 2018, simpatizantes orteguistas, entre ellos docentes de colegios públicos, llegaron con agentes policiales y trataron de entrar a la iglesia. Posterior, el 21 de noviembre de 2019, otra turba intentó nuevamente profanar esa iglesia, cuando el párroco Harving Padilla se disponía a celebrar una misa y luego salir en procesión a la iglesia San Miguel Arcángel, de Masaya, que estaba cercada por la Policía del régimen. En esa ocasión, tampoco se pudo consumar el sacrilegio porque los feligreses lo impidieron.
Acto terrorista
Luego de la quema a la capilla Sangre de Cristo en Catedral de Managua, el cardenal Leopoldo Brenes condenó estos actos y los calificó como acciones terroristas, muy bien planificadas. También, el máximo representante de la Iglesia católica, el papa Francisco dijo pensar “en el pueblo de Nicaragua que sufre por el atentado a la Catedral de Managua, donde ha sido muy dañada, casi destruida la imagen tan venerada de Cristo que ha acompañado y sostenido durante siglos la vida del pueblo fiel…”
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