El médico gineco-obstetra Francisco Bismarck Gutiérrez Aguilar, originario de Diriamba, Carazo, fue dado de alta el lunes, 27 de julio, luego de haber estado internado por más de un mes en el hospital Fernando Vélez Paiz, en Managua, tras presentar serias afectaciones relacionadas con la pandemia del COVID-19. Debido a que sus pulmones colapsaron, estuvo intubado por 12 días y los doctores no daban ninguna probabilidad de vida.
En entrevista vía telefónica con Artículo 66, Karla Matus, esposa del galeno de 43 años, relató la odisea que su esposo atravesó desde el 28 de mayo de 2020, cuando presentó los primeros síntomas del coronavirus, por lo que estuvo 14 días de subsidio. Una vez recuperado regresó a su trabajo, pero el 20 de junio que fue su último turno en el hospital Regional Santiago de Jinotepe, el doctor Gutiérrez, nuevamente se sintió cansado, se hizo unos estudios donde se evidenció que sus pulmones estaban afectados, por lo que le dieron otros 21 días de subsidio, sin embargo el 23 del mismo mes lo tuvieron que internar en el mismo centro hospitalario donde labora.
“El 24 de junio, la doctora Sonia Castro, le propuso a mi esposo trasladarlo al hospital Vélez Paiz, pero decidimos que siguiera siendo atendido en el hospital de Jinotepe, donde los doctores Rodríguez, Sánchez, Bermúdez lo atendieron de una forma excelente, pero al día siguiente (25) se descompensó y fue que a la una de la madrugada del 26 se hizo efectivo su trasladado. Los médicos me dijeron que él estaba en estado crítico.
Intubado por 12 días y sin probabilidad de salir con vida
Según Matus, la situación de su esposo estuvo complicada, debido a que este presentó todos los síntomas del coronavirus. “El diagnóstico médico dictó que los malestares se debían a una neumonía atípica, los médicos le dijeron que estaba afectado por COVID-19 severo”. Además relató que los días más difíciles que experimentó el doctor Gutiérrez cuando estuvo en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Vélez Paiz, fue el tres de julio, cuando sus pulmones colapsaron y “ya no daban para más”.
Otra noticia: Se retiran de Nicaragua médicos cubanos que prometieron la cura contra el COVID-19
“En la UCI los médicos fueron claros, me dijeron que no había probabilidad de vida, porque cada día era peor, hasta sufrió un paro cardíaco estando intubado”. También, Matus dijo a este medio de comunicación que considera que el virus atacó a su esposo con severidad ya que este padece de asma y tiene sobre peso”.
“Segunda oportunidad de vida”
Aunque las probabilidades de vida para el galeno de Diriamba eran cero, su esposa asegura que gracias a Dios y a la esmerada atención de los médicos que lo atendieron, este comenzó a tener mejoría. “El día nueve de estar intubado, mi esposo empezó a tener una leve mejoría. El 14 de julio los médicos decidieron quitarle todas las máquinas, lo tuvieron por 72 horas en observación, porque temían que volviera a colapsar. Gracias a Dios el 17 de este mes le dieron de alta de Cuidados Intensivos y lo pasaron a medicina interna, donde estuvo 10 días, fue hasta el día de ayer (lunes) que le dieron de alta y ya está en proceso de recuperación”.
Con un tono alegre y lleno de gratitud a Dios y a los médicos, Karla Matus dijo que “no tengo la menor duda que esto sea un milagro de Dios, porque él (doctor Francisco Gutiérrez) presentó de todo mientras estuvo hospitalizado. Estoy segura que una de las peores presentaciones clínicas fue la de mi esposo. Dios lo llevó al extremo para que supiéramos que este fue un milagro. Gracias por sus oraciones y por tener fe que se sanaría, todo mundo oró por él, hasta Judíos lo encomendaron a Dios”.
Otra noticia: Médicos despedidos denuncian que el 50% del personal de Salud de Nicaragua presenta síntomas de COVID-19
“Te soy sincera, yo pasé con dolor en mi corazón por lo que miraba, yo lloraba porque pensaba que ya no lo iba a volver a ver, pero muchas personas me daban aliento, los guardas de seguridad oraban, recuerdo a un señor de nombre David, que me dijo que no llorara porque mi milagro ya estaba. Yo le decía a Dios que se acordara de nosotros y que lo sanara, pero que si era su voluntad de llevárselo, que no lo hiciera sufrir, cuando pasaban los días y miraba que mi esposo seguía vivo, yo le dije a Dios: no lo has traído hasta aquí para llevártelo, estoy segura que lo que nos mantuvo en pie fue la fe en nuestro Señor Jesucristo”. Por su parte, el doctor Gutiérrez, con trayectoria médica de 22 años, dijo brevemente y con una voz débil pero con tono feliz: “Gracias a Dios, a todos mis colegas y a mi familia por haber estado a mi lado. Estoy seguro que esta es una segunda oportunidad de vida”.
Según el diagnóstico de egreso, los síntomas que presentó el médico fue cardiopatía isquémica crónica, hipertensión arterial crónica, asma bronquial, síndrome de distres respiratorio severo y neumonía atípica grave en resolución. “Este fue un milagro, mi esposo se aferró a la vida por sus cuatro motores, que son hijos de 17, 13, 12 y 10 años, que siempre tuvieron la fe en Dios que su padre saldría con vida”, concluyó la esposa del galeno.