A dos años del brutal ataque de paramilitares y policías del régimen de Nicaragua contra los estudiantes que se encontraban atrincherados en la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN-Managua), la dictadura envió a sus fanáticos a «celebrar» desde el interior del recinto la llamada «liberación de la universidad» que no fue más que el plan limpieza que dejó como saldo dos jóvenes asesinados entre la noche del 13 de julio y madrugada del 14 de julio de 2018.
En los vídeos que publicó la página de la Unión Nacional de Estudiantes de Nicaragua (UNEN), se logra ver a los seguidores de la dictadura orteguista con sus camisetas del movimiento e incluso de la llamada Juventud Sandinista (JS) y alzan banderas rojas y negras.
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«Celebramos el segundo aniversario del recinto universitario Rubén Darío (…) no pudieron ni podrán», dijo un simpatizante desde los parlantes de un camión mientras todos avanzan.
El brazo represor de la dictadura «UNEN» denominó esta fecha como el «Día de la Alegría y Dignidad Universitaria» y realizó en plena pandemia del COVID-19 una caminata dentro del recinto abanderada de la consigna: «¡Viva la UNAN Managua, no pudieron ni podrán!». Los participantes ignorando la gravedad del virus, se concentraron, caminaron apiñados y por si fuera poco muchos ni siquiera portaban mascarillas.
Zumbatón en plena pandemia
Después de finalizar la denominada caminata, se organizó un zumbatón en las canchas deportivas de la universidad, en la que los participantes tuvieron que seguir la coreografía del instructor con músicas partidarias. La UNAN-Managua desde que inició la pandemia ha continuado con sus clases presenciales pese a que se ha conocido que el virus ha cobrado la vida de docentes.
Jóvenes atrincherados se refugiaron en la parroquia Divina Misericordia
El 13 de julio, la represión orteguista fue tan fuerte que los jóvenes atrincherados en la UNAN-Managua no tuvieron más opción que refugiarse en la parroquia Divina Misericordia, que estaba a unas pocas cuadras del recinto universitario y tenía sus puertas abiertas. Fueron más de 14 horas de ataque masivo que recibieron los estudiantes entre el 13 y 14 de julio de 2018.

La policía orteguista asesinó a Gerald Vásquez y Francisco José Flores, de 21 años. El ataque del órgano opresor cesó únicamente por la mediación del nuncio Waldemar Stanilaw Sommertag y los obispos de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), fue así que los estudiantes pudieron salir del templo.
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Susana López, madre de Gerald Vásquez, un joven que fue asesinado de un disparo en la cabeza tras la represión estatal, continúa exigiendo justicia por la muerte de su hijo. Hasta la fecha por el crimen no hay ningún detenido y el caso no ha sido esclarecido. Gerald tenía 20 años y estudiaba técnico en construcción en la UNAN.
El viernes 13 de julio de 2018 es recordado como el día que el régimen exhibió su debilidad y brutalidad en todos los sentidos, por un lado mientras Daniel Ortega simulaba realizar el repliegue a Masaya, solamente acompañado de algunos vehículos donde viajaban policías, sus periodistas y trabajadores públicos, en Managua los paramilitares y policías disparaban ráfagas con fusiles AK-47 a los universitarios, que desde el 7 de mayo se habían atrincherado en ese recinto.