Las denuncias de nicaragüenses que han perdido un familiar a causa de COVID-19 ponen en duda las cifras oficiales de casos positivos que permanecen congeladas. Una ciudadana identificada como María Mercedes Hernández en una entrevista exclusiva con Nicaragua Investiga denunció que su esposo, Henry Quintanilla, se convirtió en otra de las víctimas por coronavirus de las que el Ministerio de Salud excluye del conteo oficial y ordena diagnosticar muerte por «neumonía atípica».
Quintanilla tenía 52 años y trabajaba en la Oficina de Presupuesto de la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua (UNAN) e impartía clases de Historia en el mismo recinto. Él era diabético y presentó los síntomas del virus el 27 de abril después que llegó de su centro de trabajo.
Al día siguiente el 28 de abril, no fue a trabajar y se fue a pasar consultas al Hospital Bautista. Presentó fiebre y un poco de tos. «Él vino enfermo del trabajo y me dijo me siento mal, estoy con fiebre, al día siguiente fue al hospital lo tuvieron en observación mediodía, pero le dijeron que era faringitis. La fiebre nunca se le bajó, la fiebre era más y más (…) Él estaba mal, no podía respirar tenía una gran tos», denunció su esposa a Nicaragua Investiga.
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Hernández aseveró que su esposo asistió en cinco ocasiones al centro hospitalario. El diagnóstico siempre fue el mismo. El seis de mayo, el hombre «se me desplomó. Era la quinta vez que lo llevaba al hospital y el doctor que me lo ingresó me dijo que no le habían hecho la prueba, pero que estaba cien por ciento seguro que era coronavirus», relató.
Según la denuncia, el siete de mayo el ciudadano estaba agonizando. Lo llevaron nuevamente al hospital y hasta ese momento le dieron la atención que urgió hace unos días. Horas antes, Hernández recuerda que su esposo ya no la reconocía y que le pedía auxilio: «ayúdame, ayúdame me estoy muriendo (decía). Aquí a la orilla de la casa tengo una vecina que es radióloga del (hospital) Alemán Nicaragüense, la fui a llamar para que me lo revisará y me dijo que tenía bien dañado el pulmón, eso es neumonía y que mejor me lo llevara al hospital», aseguró.

Ese día su esposo quedó en el hospital Bautista y le dijeron a Hernández que la información era vía telefónica estrictamente, el nueve de mayo a eso de las cinco y media de la tarde recibió una llamada informándole que su esposo ya estaba mejor y que ya había salido del área de Cuidados Intensivos. «A los cinco me vuelven a llamar y me dicen que me presente. Era para decirme que ya había fallecido por un paro cardíaco», explicó.
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La viuda detalló que el cadáver de su esposo se lo entregaron empacado, sellado en bolsas negras y que le ordenaron que lo enterrara inmediatamente. «Tuve que gestionar la caja en el seguro social y lo tuve que enterrar a eso de las 12:00 de la noche (…) junto a mi familia, su familia y un hijo de él», reveló.
Finalmente, Hernández señaló que las autoridades del Minsa no le han dado seguimiento a ella ni a sus familiares, quienes tuvieron contacto con su esposo. «Para hacerle honesta hasta el momento no, el día que lo ingresé el doctor me dijo que no me asustara si el Minsa venía a fumigar pero no han venido», manifestó.
UNAN publica nota luctuosa
Las autoridades del recinto publicaron este 10 de mayo una nota luctuosa por el fallecimiento de Quintanilla, en la cual no se expresa el motivo. Hernández en la entrevista concedida a Nicaragua Investiga denunció que ella también fue docente del recinto durante 35 años sin embargo la despidieron como delincuente.
Nicaragua Investiga también conoció que a raíz del deceso del trabajador de la UNAN, las autoridades han extremado medidas de desinfección y limpieza, asociadas para evitar el contagio del COVID-19, sin embargo la universidad mantiene a sus alumnos con clases presenciales aunque con días diferenciados en dependencia de la facultad a la que pertenecen.
Bolsa Negra
Caja sellada
Palabras como factor comun , obvio, para imponer el pánico en la poblacion
Todos los muertos, hasta las mascotas de sus casas, victima del covid 19
Dentro de poco les van a llover cantidades de demandas de familiares que estan adoloridas por la descripción macabra y satánicas de los casos de muerte por otras razones que ustedes lo relacionan con el covid 19
El caso del señor Quintanilla, trabajadoradministrativo de la UNAN, es un testimonio de la deficiencia Gubernamental, y con ello de incapacidad del Ministerio de Salud, para tratar el problema de Pandemia en el país. La protección de los ciudadanos está subordinado por los intereses absurdos de el/los regentes del país. Los derechos Humanos inexistentes en el País le hacen tomar una posición desventaja do en lo que respecta a los derechos humanos ganados por el pueblo desvalido. Mi sentido pésame a la señora viuda de Quintanilla. Y mis deseos que su caso de ejemplo al pueblo de Nicaragua sobre una prognosis por efectos de Incapacidad de una presidencia programada a la pobreza moral y extinción de sus ciudadanos.
H. T.