La pandemia del COVID-19 en las últimas 24 horas arrebató la vida de al menos cinco médicos en Nicaragua, según la Unidad Médica Nicaragüense (UMN), lo que eleva a 39 el total del personal de Salud que ha fallecido como consecuencia del virus. Entre los fallecidos se encuentran: cirujanos, anestesiólogos, enfermeras, optometristas y médicos, lo que indica que al estar en la primera fila del combate de la pandemia están siendo afectados.
El doctor José Luis Borge, miembro de la UMN, confirmó a Artículo 66 los nombres de los últimos cinco galenos fallecidos a causa del COVID-19: doctora Marlene Fariñas, auxiliar de enfermería en Granada; doctor Marcos Zamuria, en Masaya; doctor Omar Gónzalez, cirujano general, de Masaya; doctor Ramiro Sunsing, médico general de Río Blanco y el doctor Salvador Ortega, anestesiólogo, originario de Camoapa.
Borge manifestó que «el gremio médico independiente de Nicaragua, en conjunto con las organizaciones de la sociedad civil hemos manifestado nuestra preocupación por la cantidad de trabajadores de la salud que ha sido contagiado por el virus. Ya son 39 trabajadores de la salud que han fallecido, la más reciente tragedia es la muerte de cinco médicos en las últimas 24 horas producto del COVID-19».
Además, el galeno denunció que las muertes de los médicos están enviando un «SOS al mundo y a los nicaragüenses que conocemos que aquí (Nicaragua) no existe una estrategia clara y concisa por parte del Gobierno para afrontar la pandemia del COVID-19 y a la vez se le suma la falta de insumos médicos y de materiales de protección para el personal de salud en general que son la primera línea de defensa, pero aquí están desarmados ante el enemigo mortal, las autoridades los están exponiendo a la muerte».
Finalmente, el miembro de la UMN, insistió en que el gremio de médicos nicaragüenses exigen a las autoridades del país a que «de una vez se defina una estrategia para afrontar la pandemia de manera organizada y unificada con sectores de la sociedad civil, médicos y hasta partidos políticos». Además, remarcó que en medio de la «fase de transmisión local» es necesario implementar la medida obligatoria una «cuarentena nacional».
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El personal de Salud de Nicaragua desde que inició la pandemia se ha visto expuesto al contagio, porque han asumido atender a los pacientes de coronavirus a pesar de no contar con la protección necesaria. En primera instancia, el gremio de galenos fue amenazado y les prohibieron usar guantes o mascarillas por órdenes del Ministerio de Salud (Minsa), al servicio del régimen orteguista.
El diario La Prensa logró conversar con el hijo del anestesiólogo Salvador Ortega, quien se rindió a la muerte el miércoles, cuatro de junio, cerca de las cinco de la tarde. El galeno cumpliría el viernes 12 de junio 68 años. Salvador Ortega, a como lo conocían en el gremio médico, desde 2016 se retiró del sistema de Salud y sus días los dedicaba a la finca y ganadería. Él se convirtió en una de las víctimas mortales del COVID-19, según lo confirmó su hijo Norbert Ortega Moreno (médico).
Según información del periódico, el médico desde el 20 de mayo presentó síntomas como tos y fiebre al igual que su esposa –otra sanitaria- que presentaba gripe. Él (Salvador Ortega) inició a atenderse contaba con oxígeno por prevención, sin embargo, el virus avanzó provocándole más dificultad para respirar, cansancio y la fiebre persistió.
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Su hijo le insistió tanto que hizo que el 26 de mayo, se fuera junto a su esposa al hospital Antonio Lenín Fonseca, donde lo internaron por su estado de gravedad y a ella la mandaron a tratarse desde su casa. Ante el agravamiento en la salud del galeno, tuvo que ser trasladado al hospital Alemán Nicaragüenses, centro de referencia por haber atendido los primeros casos de COVID-19.
El 28 de mayo, llegó directo a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de ese centro, recibió la atención necesaria, los medicamentos y el cariño de estar entre colegas, días después el primero de junio, requirió de intubación. Al galeno le diagnosticaron COVID-19 en el hospital Lenín Fonseca y a su esposa en el Alemán. Salvador Ortega no pudo seguir luchando y falleció.
«Dios sabe porque hace las cosas, y si no logró salir mi papá de la batalla, a pesar de que los médicos se comportaron como ángeles y todo, pero Dios sabe. A mi papá lo conocía mucha gente, hubieron muchas oraciones por él, pero con este virus, por muy fuerte que seás, muchas veces las batallas no se logran ganar desgraciadamente», expresó a La Prensa el hijo del galeno que se encuentra en España.
Dios tenga en su santo seno a todos aquellos que se han rendido a la muerte frente a la pandemia que azota a la humanidad, sobre todo a los médicos y personal que atienden a los enfermos con la peste por abnegación y amor al prójimo. Dios mío, acogelos en tu santo seno y muestrales tu rostro. Amén!!!