El empresario orteguista Juan Caldera fue dado de alta este lunes, 25 de mayo, después de permanecer hospitalizado por dos semanas tras contagiarse de COVID-19 y según su testimonio, estuvo al borde de la muerte. Caldera relató la angustia que vivió dentro del Hospital Sermesa Bolonia, donde también vio morir a pacientes al ser intubados.
El comerciante, que desde un inicio minimizó la enfermedad, reveló a través de las redes sociales que al sentir que agonizaba -en el área de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI)- tuvo que ser conectado a un respirador «boca abajo», mientras observaba cómo se moría la gente al realizarles ese procedimiento.
«Yo pude sentir la muerte tras haberme contagiado del coronavirus cuando en estado grave fui trasladado de la sala general a sala de UCI, yo me sentí morir además pude ver en UCI cómo morían los pacientes en el momento de ser intubados», expresó Caldera
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«Mientras yo agonizaba conectado a un respirador boca abajo un médico llegó y me pregunto si yo aceptaba que se me intubara, ya que era la única opción de vida, yo respondí que no, entonces ellos procedieron a conectar a otro paciente que también murió», continuó.
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El empresario de pollos fue a inicios de mayo que comenzó a presentar los síntomas del virus como fiebre, dolor en el cuerpo, dificultad para respirar entre otras complicaciones que lo obligaron a acudir a un centro asistencial. Caldera desconoce dónde pudo haberse contagiado, pero se cree que haya sido en el mercado Oriental, donde tiene puestos de pollo.
Se burlaba de la pandemia
A Caldera se le ha visto muy activo en las redes sociales y previo a la enfermedad se burlaba del virus y minimizaba el riesgo que representa. «Oe coronavirus va a la verga, oe coronavirus va a la verga», «ya sabe que a todo el que escuche toser… plomo y pal río». Son algunas de las palabras que expresó Caldera antes de enfermarse del coronavirus.
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Ahora tras haber sido dado de alta, Caldera describe su recuperación como un «milagro de Dios» y se siente agradecido con Él porque le dio otra oportunidad de vida. También agradece la labor de los doctores y enfermeras que lo apoyaron en todo momento, moral y espiritualmente. El comerciante además promete dar testimonio de su milagro y servir a Cristo.
«Esta mañana una junta de médicos de este Hospital Sermesa Bolonia, presidido por el doctor Byron Sarria, me visitó y evalúo mi estado de salud y han dicho que he sido recuperado y me están dando de alta, gracias a mi Señor Jesucristo en unos minutos u horas podré volver a ver a mi familia, agradezco toda la atención que con cariño me han dado en este centro hospitalario», declaró.
Si tiene verdaderamente humildad debería públicamente pedir disculpas por la forma en que se expresó de quienes tomamos medidas tempranas. Debería públicamente decirle a sus amos OrMur, que el Covid-19 no es broma. Bendito sea Dios que da testimonio de su poder y gloria en aquellos que le ven como juego.